"Zz, Zidane con todas sus letras", la exposición de Philippe Bordas
La exposición cuenta con 39 fotos de los últimos 100 días de Zidane como futbolista. Zidane fue a visitarla ayer y mostró su agradecimiento al autor de las fotos.
Zidane es arte. Desde hoy está abierta en el Instituto francés la exposición ZZ, Zidane con todas sus letras, del fotógrafo y escritor Philippe Bordas. Se compone de 39 imagenes inéditas de los últimos 100 días de Zizou como jugador. “La idea era hacer un gran libro de fotos como el de Muhammad Alí. Me sorprendió que me eligieran porque nunca antes vi un partido en el campo. Le iba a seguir hasta la final del Mundial, pero tras perder por el cabezazo, Zidane desapareció, el libro no se hizo y las fotos se quedaron en una caja”, cuenta Bordas.
De aquellos encuentros con Zizou, Bordas escribió el libro Chant furieux, donde explicaba a un amigo ciego cómo era el mito. Esas fotografías más íntimas del final de la carrera de Zidane han visto la luz gracias al Instituto Francés y a la labor de Nicolas Kassianides, su director y consejero de cultura de la Embajada francesa. Zidane fue a verlas y quedó encantado. “Le impactó la foto de su padre llorando en su último partido de blanco. ‘Él lloró pocas veces, me dijo”, relata.
Hay fotos en Valdebebas, del Mundial de 2006, de su familia al completo en su despedida del Bernabéu... “En cierta forma es como un niño y era su álbum. Fue como el director artístico”, cuenta Bordas. Pero hay algunas fotos más especiales. “A Zidane le gusta mucho la foto con Di Stéfano. Para él forma parte de la genealogía del Madrid”, explica el autor. Pero ese instante tiene su intrahistoria: “Se produjo un par de días antes de jugar ante el Villarreal. El problema es que Di Stéfano era ingestionable, no paraba de moverse. Le necesitaba quieto para tomar la foto. Zidane le puso la mano en el hombro para calmarlo y retenerlo”.
Sin camiseta. Zidane eligió las fotos a su manera, recuerda Bordas: “Me hizo bajar al vestuario del Madrid con la excusa de coger una bolsa y le hice fotos mientras se ponía la camiseta. Era inédito porque nunca posó con el torso desnudo. Le aterrorizaba”. Pero Zidane ganó a la cámara y al fotógrafo: “Tenía aura y una mirada como la de Clint Eastwood. Me aseguró que estaría en la final del Mundial de 2006 y cumplió de forma heróica”