LA MITAD PERTENECE AL MADRID
Diez jugadores cedidos tienen 'cláusula del miedo'
Burgui, Asensio, Llorente, Medrán y Mascarell (la mitad de ellos) pertecen al Madrid. Ninguno de ellos ha podido enfrentarse al equipo blanco esta temporada.
Un total de diez jugadores que militan en la Primera División en calidad de cedidos en otros equipos tienen fijado en sus respectivos contratos la denominada ‘cláusula del miedo’, por la que no pueden medirse a sus clubes de origen. Cinco de esta decena, la mitad, pertenecen al Madrid: Burgui y Asensio (Espanyol), Diego Llorente (Rayo), Álvaro Medrán (Getafe) y Omar Mascarell (Sporting). Ninguno de ellos ha podido enfrentarse al conjunto madridista en esta temporada. Al igual que Yoel (Rayo) y Cartabia (Deportivo), ambos cedidos por el Valencia, Velázquez (Atlético) en el Getafe; Moi Gómez (Villarreal) también en el conjunto azulón, y Oier, el portero cedido por el Granada a la Real Sociedad.
El caso de Oier. Precisamente, el meta de la Real cuenta con un hecho relacionado a la Cláusula del Cagazo, como la denominó el uruguayo Pablo García, en esta misma temporada. En la jornada cuarta, Rulli, el meta blanquiazul titular, fue expulsado ante el Espanyol. En la quinta jornada, los donostiarras se medían al Granada, club al que pertenecía Oier. Finalmente, el club txuri-urdin pagó 100.000 euros, la cantidad en la que estaba fijada la cláusula para que Oier pudiese jugar.
La FIFA envió una circular, la 1.464, en diciembre de 2014, donde especificaba la prohibición de los fondos de inversión y, además, establecía modificaciones en el artículo 18 bis del Reglamento sobre el Estatuto y Transferencia de Jugadores. Así se lee el mismo: “Ningún club concertará un contrato que permita al/los club(es) y viceversa o a terceros asumir una posición por la cual pueda infl uir en asuntos laborales y sobre transferencias relacionadas con la independencia, la política o la actuación de los equipos del club”. Es decir, ese artículo 18 bis supone el fin de la conocida como cláusula del miedo. Sin embargo, los clubes no denuncian porque en un futuro no recibirían cesiones de otros equipos. Además, los jugadores tampoco lo hacen al tener que regresar al término de ese periodo de préstamo a sus equipos de origen.