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DEPORTIVO 1 - VALENCIA 1

Negredo salva al Valencia

El capitán marcó el empate en el 93' tras un buen gol de cabeza y evita un lío a Neville. El Depor se había adelantado con otro tanto de Lucas Pérez.

Negredo empató en el último minuto.
Negredo empató en el último minuto.JESÚS SANCHO RODRÍGUEZ
LALIGA

Hay jugadores que tienen a su equipo fetiche, un estadio talismán. Un rival o un escenario ante el que no se sabe muy bien porqué siempre hace sangre. Es el caso de Negredo con Riazor y el de Lucas Pérez con el Valencia. El coruñés debutó de blanquiazul ante los che la pasada temporada, se estrenó como goleador y el Depor logró una victoria (3-0) que en aquel momento salvaba la cabeza de Víctor Fernández. En la primera vuelta en Mestalla marcó un golazo que valió un empate (1-1). Ayer, para seguir la tradición, abrió el marcador con una perfecta definición que de paso le servía para poner fin a una sequía que duraba desde el 19 de diciembre.

El premio debió ser mayor para Lucas, porque en el minuto 52 logró combinar de nuevo con su mejor socio: Luis Alberto. Ahora asistes tú, ahora marcó yo, y viceversa. Lo hicieron para abrir el marcador, lo hicieron por segunda vez, pero el colegiado anuló mal el gol del coruñés por un fuera de juego inexistente que al final resultó decisivo.

Y lo fue porque en el último minuto apareció Negredo. El delantero madrileño había marcado cinco goles en sus seis visitas a Riazor y de nuevo no faltó a su cita. Falló la primera; falló la segunda; pero no la tercera. Centro excelso de Parejo. Cabezazo perfecto para convertirse en el ángel salvador de un Neville que sigue sin ganar, pero que al menos suma cuando todo estaba perdido y se prepara con mejor cara para el examen ante Las Palmas en la Copa.

El castigo para el Deportivo fue enorme, porque dominó el partido de principio a fin e hizo méritos para lograr la primera victoria en 2016. El equipo recuperó su identidad, pero una vez más, al margen del error de Melero López, flaqueó en el tramo final. Duele, porque enfrente tuvo un equipo que no sabe a lo que juega y al que Neville marea como una peonza en busca de un milagro. Esta vez llegó, como ante el Rayo, pero o el inglés da rápido con la tecla o Mestalla terminará devorándolo.