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BETIS

Los 'mejores' de Merino también venían de Segunda

Nueve de los 14 futbolistas que jugaron este martes en el Pizjuán son del año pasado. Los dos holandeses, en la grada. La dirección deportiva, más señalada aún.

Los jugadores del Betis se lamentan durante el partido de Copa ante el Sevilla.
MIGUEL ANGEL MORENATTI

Adán, Piccini, Bruno, Portillo, Ceballos y Rubén Castro, todos provenientes de Segunda, salieron en el once inicial bético en el Sánchez Pizjuán. Sólo dos cambios respecto a los que Pepe Mel sacó en Getafe, y uno de ellos obligado pues N'Diaye, que probablemente hubiera jugado, cumplía sanción. Los 'mejores' de Juan Merino, como anunció el linense en la previa sacaría en el derbi de vuelta, se parecieron mucho a los que Mel había considerado ideales para el partido en el que se jugó y perdió el puesto, el del Coliséum el pasado sábado.

Contando los cambios (Fabián, Kadir y Molina), todos ellos de la plantilla que subió, nueve de los 14 que jugaron algún minuto en el Sánchez Pizjuán ya estaban en la plantilla del año pasado. Ninguno de los fichajes rindió mínimamente este martes ni lo está haciendo habitualmente, excepto quizá Petros y el central Westermann, que lleva varios partidos lesionado.

En Nervión, la tendencia se confirmó: Vargas volvió a fallar estrepitosamente en varios goles, Pezzella volvió a ser peor que Bruno, Digard y Petros perdieron balones decisivos y Joaquín, que prometía al inicio de temporada, no desborda ya casi nunca. Aunque es cierto que el portuense venía como guinda y no como un jugador sobre el que prácticamente está obligada a recalar la escasa capacidad ofensiva verdiblanca.

Lo más revelador de la primera lista de Merino fue, con todo, que dejara en la grada a dos futbolistas con fichas altas que, a priori, llegaron para mejorar lo que había y darle un plus de Primera al ataque bético: los holandeses Van der Vaart y Van Wolfswinkel. El nivel físico del primero ha sido, hablando suave, muy mejorable. El segundo marcó dos goles ante el Sporting, en Copa, pero antes y después, de titular o de suplente, no ha mostrado el nivel mínimo exigible para arrebatar sus puestos a dos treinteañeros que llevan cinco años marcando la mayor parte de los goles verdiblancos: Jorge Molina y Rubén Castro.