El Madrid tiene una ocasión de oro en el lugar del crimen
Benítez, con la soga al cuello donde se rompió el encanto Ancelotti (20:30, C+ Partidazo). Regresa Sergio Ramos ante un Valencia de doble filo: Alcácer y Negredo.
El 23 El de mayo de 2004 se sentó Benítez por última vez en el banquillo de Mestalla. Perdió ante el Albacete (0-1), derrota indolora porque días antes el equipo se había proclamado campeón de Liga y UEFA. Regresó en 2011 para que le impusieran la insignia de oro y brillantes del club. Y aquí está de nuevo, en papel de (venerado) enemigo del Valencia, de parte del madridismo y de la clasificación, ante otro punto de partido, pero ahora en un campo al que le gusta hacerse el antipático con su equipo y frente a un enemigo poderoso, asignatura que el Madrid suspende con reiteración. Es también un regreso al lugar del crimen (sigue el partido en directo en AS.com), desde donde el Madrid de Ancelotti se vino del cielo al suelo como un peso muerto por estas mismas fechas. Y una ocasión única tras el pinchazo del Barça en el derbi.
A falta de mejores argumentos, al Madrid le conviene conjugar el encuentro en pasiva. El Valencia ha ganado sólo dos de los últimos diez partidos, los de la Copa ante el Barakaldo, un Segunda B. Al grito de “¡Nuno, vete ya!” descorcharon al portugués, pero Gary Neville sólo ha mejorado el ambiente, que no los resultados: una victoria en cinco partidos.
Además, siguen lesionados Alves, Feghouli, Bakkali, Gayá y Mustafi, los dos últimos futbolistas nucleares. Jugará, pues, con una defensa de tres y Negredo y Alcácer como cuchillo de doble filo. El impulso que coge Mestalla cuando llega el Madrid, nostalgia de aquel tiempo en que ambos competían por las mismas presas (Liga y Champions), hará el resto.
Se llenará un estadio con ganas de hacer las paces y que será más amable que el Bernabéu con Benítez. Porque el miércoles fue pitado, de nuevo, antes y durante el partido frente a la Real, que le dio al Madrid más puntos que esperanzas. James anda mohíno y ha pasado de cero (en el campo) a doscientos (en la M-40) en un suspiro, dos razones para que hoy pase por el purgatorio. Regresa Ramos, que no ha sido cerrojo este curso, pinta que jugará Casemiro, diestro para corridas encastadas, y a Isco pueden sacarle del calabozo las molestias de Benzema. Será en otro hoy o nunca. De hecho, así van a ser por un tiempo todos los partidos para Benítez, aunque este tiene el premio de acurrucarse con el Barça en la tabla.