Tras Sevilla... Un brindis por el derbi y también por Míster Chen
Al Espanyol le condenan los errores en el inicio de las jugadas. Víctor Sánchez recayó de su lesión y es duda para el derbi. Burgui, el mejor en ataque.
Fin a 2015. Mañana por la noche mientras celebren la entrada del nuevo año con una copa de cava después de haber engullido 12 uvas, brindarán por un próspero 2016 y porque la primera alegría se la dé el Espanyol. El derbi, el Barça, las viejas y eternas rivalidades, la Maravillosa Minoría y el resto de calificativos forman parte de los sueños pericos desde el pitido final de Iglesias Villanueva en Sevilla, una amarga despedida de 2015 del nuevo Espanyol de Galca, donde las intenciones, por el momento, deben ser el objeto de análisis. Las acciones aún están cogidas con pinzas.
Míster Chen. En el estadio perico, y en los despachos, se jugó otro partido con Míster Chen como estrella. El dueño de Rastar Group, que no firmará aún la propiedad del Espanyol en este viaje que le mantendrá en Barcelona hasta comienzos de la próxima semana, vio el partido y estará en el palco el sábado, después de que esta mañana ya se anunciase que su empresa patrocinará la camiseta del primer equipo este curso. El desembarco del empresario es inminente y ha demostrado que hay estrategia y es intervencionista: una buena señal. Su segunda decisión puede ser invertir en algún jugador ahora en enero. ¡Otro brindis!
La salida de balón. Volviendo a Sevilla, el Espanyol de Galca nació y murió con sus ideas, un avance teniendo en cuenta que la coherencia es lo que te puede llevar al éxito. Pero todo sistema cuenta con sus riesgos, y únicamente el trabajo y el tiempo los solventarán. La derrota empezó a fraguarse en el inicio de las jugadas. Perder un balón cuando estás atacando es un problema, pero este se multiplica si delante tienes al Sevilla, el equipo de la Liga que, posiblemente, más partido saca de las transiciones. Sus delanteros vuelan, son profundos, y dominan todos los principios y consignas del juego.
Otros riesgos. En la alineación sorprendió la entrada de Víctor Sánchez, quien se retiró al descanso con molestias. El mismo jugador recordó durante la semana que “puede haber recaídas”. Así es la zona del bíceps femoral, traicionera, tanto que puede convertirlo en baja para el derbi. El otro jugador que llegó mermado fue Caicedo. El ecuatoriano se equivocó en casi todas sus acciones, y bajó demasiado a buscar balones, lo que hizo que el equipo perdiera la referencia.
Los tanques. Con todo fue Galca, que acabó el partido con cinco atacantes, entregado al ataque. Burgui fue el mejor y Asensio tiene el síndrome De la Peña, ve pases, da juego, pero no se la juega. Debería atreverse más el mallorquín, quien debe atreverse más por su calidad. La edad no es un problema para coger galones.
Coherencia. A diferencia de los últimos técnicos del Espanyol, con Galca ocurre que lo que pasa en el campo luego se explica en la sala de prensa. “Hay que darle más intensidad al balón y finalizar más”. Pues eso. Hasta el 61 no hubo el primer remate y el equipo confunde la posesión con la pasividad. Toca mejorar.