Al-Thani quiere estar otra vez manejando el destino del club
Los directivos que han llevado los números de la empresa Málaga Club de Fútbol hasta ahora han sido fulminados sin diálogo ni explicaciones.
Desde que en el verano de 2010 el jeque de Qatar Abdullah bin Nassr Al-Thani compró el 98’7 de la propiedad del Málaga a la familia Sanz, muchas cosas han cambiado. El club pasó a golpe de curvas de hacer fichajes millonarios a no pagar a sus trabajadores. Recientemente ha despedido a su director general, Vicente Casado, y al director general corporativo, Manuel Novo, apenas dos meses después de la presentación pública de unas cuentas donde se documentó que la deuda se había rebajado de 103,2 millones de 2012 a los actuales 13,6 millones de euros.
Casado era como si fuera el presidente ‘de facto’ y ha demandado al propietario y a sus dos hijos (que son consejeros de la entidad). Casado reclama a la familia Al-Thani 3,3 millones de euros. La demanda se anunció este pasado viernes. El próximo día 28 debe celebrarse el acto de conciliación entre ambas partes.
La situación en los despachos de La Rosaleda no es nada sencilla. Los directivos que han llevado los números de la empresa Málaga Club de Fútbol han sido fulminados sin diálogo ni explicaciones. Y se ha entrado en una fase de pleitos muy desagradable. No es lo ideal para un equipo demasiado dependiente de los éxitos deportivos.
La parcela deportiva también fue despedazada con la destitución de Mario Armando Husillos, responsable de fichajes, y la entrada en su puesto de Françesc Arnau. El catalán ahora tiene trabajo...
González Segura, el hombre
La peculiaridad de la especificidad del Málaga provoca que sus presentes asuntos de despacho no sean manejados por un director general, sino por una asesoría capitaneada por un abogado, Pedro González Segura, que en el pasado estuvo vinculado al Granada. González Segura no tiene cargo oficial en el club. Por encargo de Al-Thani recopila datos sobre la realidad de la entidad en aras de refutar lo que, en el entender del dueño, no se corresponde con lo que esperaba de lo anterior. Queda trabajo por realizar.