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EIBAR - REAL MADRID

Takashi Inui: “Comer juntos en el txoko nos une muchísimo”

No sabía ni dónde estaba Eibar. Inui, influido por su amigo Kagawa (Dortmund), hizo este verano las maletas para firmar tres años por el club armero.

Inui.
Amaia Zábalo

Es ya un ídolo en Eibar. ¿Cómo se encuentra en su primera experiencia en la Liga?

—No hay ningún inconveniente y me encuentro muy cómodo, pero tengo muchas cosas que hacer aparte del fútbol.

—¿Tenía alguna referencia antes de aceptar la oferta armera para tres años?

—La verdad es que conocía muy pocas cosas del club y la ciudad...

—¿Por qué acabó decantándose por fichar por el Eibar?

—Mantuve una conversación con el director deportivo, Fran Garagarza, y me gustaron sus palabras. Decía que este era un sitio idóneo para mí y así fue como acabé convencido.

—¿Cuáles son las principales diferencias respecto a lo que ha vivido hasta ahora?

—Hay un ambiente de grupo impresionante, nunca había visto nada igual. Solemos comer todos juntos en el txoko y eso une mucho. Me lo paso en grande.

—¿Qué es lo que más le gusta del equipo y Eibar?

—Me encanta el estilo de juego que se practica aquí... y los platos que nos ponen para comer. Además, al llegar me sorprendieron las escaleras mecánicas por toda la ciudad.

—¿Y lo que menos?

—Me cuesta encontrar algo desagradable. El trato está siendo fantástico en todos los sentidos. Además, he cumplido un sueño pudiendo competir aquí.

—¿Dónde vive?

—Tengo un piso céntrico en Eibar. La familia no está conmigo y les echo de menos. Es realmente duro tenerles tan lejos. Han venido a visitarme alguna vez.

—¿A qué se dedica durante su tiempo libre?

—Suelo estar en casa descansando y mirando Internet. Intento mejorar mi castellano asistiendo a clases.

—Imagino que en el ámbito colectivo estará contento. Llevan 20 puntos tras 12 jornadas. ¿Se lo esperaba?

—Sinceramente no me extraña el rendimiento deportivo que venimos ofreciendo hasta ahora. Los compañeros trabajan mucho y se lo dejan todo en el campo. Esta intensidad es propia de la cultura japonesa. Estoy identificado.

—¿Está contento con su aportación personal al equipo?

—Todavía faltan muchas cosas y no me veo tan importante como quisiera. En los últimos tres partidos he salido desde el banquillo. Creo que debo hacer o aportar algo más.

—El Eibar pagó por usted 300.000 euros, ¿supone eso una responsabilidad extra?

—Pienso que sí. Debo exigirme más y también deseo agradecerles la confianza depositada en mí jugando mejor.

—¿Tiene dificultades para comunicarse con los compañeros?

—Cuando falta el traductor, Atsu, tiramos de gestos o bromas. Hay más cosas aparte del idioma.

—Háblenos un poco sobre sus orígenes...

—Tengo dos hermanos mayores, chico y chica. Desde categoría benjamín hasta cadete jugaba en el club del barrio. Luego fiché por un equipo fuerte de la liga colegial. Me apasionaba jugar al béisbol, pero tuve que elegir.

—¿Cómo surgió la propuesta de venir a Europa?

—Siempre he querido disputar campeonatos potentes. Fue complicado tomar la decisión definitiva, aunque terminé dando el paso vistos los éxitos de mi compañero y amigo Shinji Kagawa.

—Su debut fue inolvidable. Salió y besó el santo con una asistencia a Borja Bastón ante el Levante.

—Sí, empezar así da mucha moral. Ayuda a motivarte. Y ser titular en el Camp Nou fue...

—¿Cómo está viviendo su primer enfrentamiento ante el Real Madrid?

—La verdad es que supone una emoción especial enfrentarme ante unos futbolistas así que he visto por televisión.

—¿Escogería a alguno como ídolo?

—Todos son realmente buenos. El primero que te sale, lógicamente, es Cristiano Ronaldo, pero luego no hace falta más que repasar la alineación para saber a quiénes nos medimos. Será una gozada.

Culé confeso, ha sido el fichaje más caro de la historia del Eibar

Protagonizando una historia paralela a la de los archiconocidos dibujos animados nipones Oliver y Benji, Takashi Inui triunfa como futbolista en Eibar, un lugar muy lejano para él. Natural de Omihachiman, es tranquilo y disciplinado. Tiene 27 años, mide 1,69 y pesa 63 kilos. Vive solo porque prefiere que su hijo Koki estudie en Japón bajo el manto de su mujer. Quería jugar en Europa como fuese. Así, en 2011, cumplió su sueño: fichó por el Bochum, de la Segunda alemana. Tras una campaña, saltaría al Eintracht, donde estaría tres temporadas más. Le hacía especial ilusión disputar la Liga. Seguidor culé confeso, este verano se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Eibar (300.000 euros). Mendilibar ha sabido exprimir su calidad individual y velocidad. No es fácil adaptarse de la manera en que lo ha hecho... En nuestra cita con él, pocas veces suelta el teléfono móvil. Tampoco se desprende durante toda la charla de los atuendos típicos vascos que le hemos regalado. Y posa en exclusiva para AS. Al principio, no era partidario de retratarse. Aun así, acabamos convenciéndole e incluso compartió la foto que ilustra la entrevista en sus perfiles de redes sociales. Anoche, tenía casi dos millones de Me gusta en Twitter. Taka, como es conocido, saluda a todo el mundo. Siempre muestra una gran sonrisa. Conversamos cobijados en los renovados banquillos para no mojarnos con Atsu como traductor. Tras casi media hora, nos despedimos con un mutuo “Agur”: tiene clase de español...