Rubén Castro saca petróleo del Ciutat con otro gol de oro
Otro triunfo verdiblanco gracias al canario: 14 puntos a domicilio. El Levante perdonó: tres palos, dos de Deyverson. Westermann, expulsado.
Sacó petróleo el Betis de un Ciutat de València que terminó despidiendo al colegiado con una atronadora pitada. Motivos tenía Orriols porque Sánchez Martínez sacó de quicio a los granotas con su permisividad con los de Mel. Le valió con bien poco a los verdiblancos que ya llevan seis partidos seguidos sin perder lejos del Villamarín y que devolvió al Levante a la cruda realidad de la derrota.
De primeras, gol del Betis. En una jugada de estrategia se lo cocinaron entre Joaquín y Rubén Castro desde el córner con tres paredes seguidas que terminaron con la rosca endiablada del canario donde no pudo llegar su tocayo granota a pesar de la estirada. La bofetada inicial trastocaba cualquier planteamiento que se pueda trabajar durante la semana así que Rubi indicaba a los suyos seguir como siempre, con el balón, buscando sus opciones. Pero ahí el Betis tenía mucho ganado mirando al marcador. Los de Mel se podían permitir esperar agazapados y buscar las galopadas del pichichi bético a la contra. Y así llegó un mano a mano que solventó esta vez el meta azulgrana.
Entre medio llegaría la ocasión más clara del partido y quién sabe si de la Liga para un Deyverson que solo debajo de los palos la estrelló en el larguero cuando el Ciutat ya cantaba el gol. La jugada, por cierto, venía precedida de un error de Bruno que aprovechaba Verza para hacer una vaselina perfecta pero que escupió el palo derecho de Adán y ahí le quedó el balón al brasileño que falló lo infallable. Los béticos se gustaban con un Ceballos regalando magia con caños y filigranas. Las mismas que Joaquín que todavía le queda fútbol para rato. En una de éstas, el gaditano buscó sorprender a Rubén con una picadita dentro del área. Y, aún a punto de terminar la primera parte, Rubén Castro tuvo un remate de cabeza que no pudo conectar a la red.
Tras el descanso, se veía claro que el Levante trataría de embotellar al Betis y éste, tranquilo, a buscar alguna salida. Desde luego que no era el día de los azulgranas y lo demostró un nuevo larguerazo de Deyverson 55 que Adán solo pudo seguir con la mirada. Los granotas maniataban al rival pero sin la contundencia que te dan las ocasiones, mientras el colegiado seguía engañándose en amarillas y pérdidas de tiempo. La única opción que tuvo el Betis en el segundo acto fue un disparo duro de Varela abajo que solventó bien Rubén. El remate final del colegiado vino al anular una acción de Roger por mano cuando se plantaba solo ante Adán (aunque terminó fallando). Y aún con uno más los últimos diez minutos por la expulsión de Westerman, los de Rubi no encontraron la manera de meterle mano a un Betis que sigue imparable a domicilio.