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ANTONIO OROZCO

“Messi no debería jugar en el Bernabéu, es muy arriesgado”

Antonio Orozco es extrovertido, tiene alma de futbolista y maneras de flamenco. Se define como un barcelonista singular que apoya al Madrid en Europa.

Antonio Orozco
Antonio OrozcoDani Sánchez
ASTV

Sabemos que ha jugado mucho al fútbol.

—Al futbolista lo llevo siempre en el bolsillo. Empecé a jugar a los cuatro años en Hospitalet, donde vivíamos. Del equipo del cole pasé al Rapid de Hospitalet. Luego, a los doce años, jugué en la peña barcelonista Cinco Copas, luego en la Montañesa y de ahí me llamaron para jugar en el equipo de fútbol sala del Barcelona. Una experiencia alucinante.

—¿Coincidió con alguno de los que hoy son futbolistas?

—Jordi Alba era del barrio de al lado y le conozco de toda la vida. Su historia es la de un chaval sin medios pero con un afán increíble. Empezó jugando en el barrio, luego le fichó el Nàstic de Tarragona y de ahí pasó al Valencia, de donde fue rescatado por el Barcelona. Es una historia increíble de lucha y perseverancia. Era de una familia extremadamente humilde y lo que él ha conseguido es bestial. Es un tipo que trabaja durísimo. Y eso se ve en el campo.

—¿Primero fue la música o el fútbol?

—Empiezo con la música mucho más tarde que con el fútbol. La música nunca ocupó ni una décima parte de lo que me ocupaba el fútbol. Era un niño que dormía con la pelota. Muy pesado. Hoy no se ve tanta afición en los chavales, también porque en aquella época lo único que había para jugar era el balón.

—¿Quiénes eran sus ídolos?

—Vengo de una familia de emigrantes y aunque vivíamos en Hospitalet, mi gente es andaluza y mi padre era del Betis a destajo. En mi casa se adoraba a futbolistas como Cardeñosa o Gordillo. Luego a mí me gustaban futbolistas organizadores como Bakero o creativos como Laudrup. Nunca he estado obsesionado con los goleadores, quizá porque jugando al fútbol sala me interesaba más la creación que el desenlace.

—Y de la música, ¿cuáles eran sus referentes?

—Los referentes siempre están en lo que escuchas o lo que ves. Mi padre era muy flamenco y en mi casa se escuchaba sin parar el disco de Paco de Lucía Entre dos aguas. También a Enrique Morente, los Habichuela, Triana o Medina Azahara. Para mí todavía son fundamentales para componer y entender la música. Acompañaba a mi padre a las peñas flamencas. Con los ahorros, a los quince años me compré la guitarra y empecé a tocar. Aquello me costó más de un disgusto porque a mi familia no le hacía ninguna gracia que me dedicara a la música.

—Oiga, ¿es usted culé de estelada?

—La política es un error necesario que nunca debe mezclarse con el deporte. Cuando eso pasa se puede generar un problema de otra índole. Porque hay una parte de la afición que se ve representada por la estelada y otra muy importante que no. Mezclar las cosas es un error. Tanto en Cataluña como en Bilbao o donde sea.

—Y usted, un tipo que se ha criado en Hospitalet, ¿cómo está viviendo este proceso?

—Desconcertado. Preocupado porque no se sabe hacia dónde vamos. No hay una explicación básica a la que acogerse. No entiendo lo que está pasando y no sé cuánto de bueno va a traer. Es una situación que debería acabarse inmediatamente. Creo que si desde el primer momento hubieran dejado que se votase lo que piensan los catalanes, ahora estaríamos en otro plano.

—¿Artur Mas necesitaría alguna de sus afamadas clases de cauching?

—No me interesa. Como ciudadano veo que hay un follón importante. Pones la radio, escuchas las cosas que dice este tipo y realmente no sabes lo que quiere y hacia dónde nos quiere llevar.

—Y en medio de todo esto llega el Clásico. Más que un partido.

—Sí, porque en estos partidos no tiene nada que ver la situación en la que llegan los equipos. Hay una expectación enorme y los futbolistas saben de la influencia de este tipo de acontecimientos. Para todos son partidos esenciales y nunca es igual la entrega de un futbolista en un día como este a un día cualquiera, sin tanta presión.

—¿Le sorprende el estado en el que llega el Barça?

—¿Usted realmente cree que había un solo culé que pensara que el Barça iba a llegar líder a estas alturas de la Liga con bajas tan fundamentales? Un Barça­ que se queda sin Messi y sin Iniesta es un Barça en síntesis. Neymar parecía pero no era y Suárez estaba acostumbrado a vivir bajo el paraguas de Messi. Luis es un futbolista maravilloso, pero es como si a una mesa le quitases una pata. Siendo honesto, no esperaba llegar líderes al Bernabéu.

—¿Es mérito de Luis Enrique?

—Me quito el sombrero una vez más con él. Siempre he sido de los que he pensado que Luis Enrique iba a tener un despegue alucinante en el Barça por la capacidad que tiene de manejar el vestuario. Tiene mucho carácter, ya lo tenía como futbolista. Su trabajo es encomiable. Y eso que se las ha comido dobladas, porque le han dicho de todo. La pregunta que yo me hago: si no hubiésemos tenido lesiones, ¿cómo habríamos llegado a este momento de la Liga?

—¿Tiene que jugar Messi?

—Creo que aunque esté listo no debería. Es un jugador demasiado importante para arriesgarlo en una salida precipitada. Va a estar en el banquillo pero creo que se tiene que recuperar al cien por cien. Para mí, Messi es una bandera.

—Desaparece Messi y crecen las figuras de Neymar y Suárez. ¿Es posible que no haya área para tanta estrella?

—Tenemos jurisprudencia sobre esto, amigo. Y sólo hace falta mirar unos meses atrás para ver lo bien que conviven nuestras estrellas. Messi tiene un estatus tan elevado sencillamente porque es un tipo muy generoso. Y esa generosidad se la devuelven sus compañeros con respeto. Por eso mismo caben todos.

—Le veo crecido con su Barça­. ¿Quizá porque está viendo un Cristiano algo disminuido?

—No soy yo el que dice que Cristiano no está pasando por sus mejores momentos. Eso lo ve todo el mundo. Y eso afecta al desarrollo de todo el equipo.

—¿Qué cree que le pasa?

—Pues lo mismo que le puede pasar a cualquier futbolista. Es un tipo que está jugando al más alto nivel desde hace muchísimos años y sometido a una presión y una exigencia brutales. Cristiano está muy por encima de las expectativas de cualquiera. Está jugando de forma espectacular. Que en un momento tenga un cierto desequilibrio es normal. Yo que me dedico a escribir canciones hay algunas que me parece que son muy buenas y hay épocas en las que escribo canciones que son una absoluta basura. Pero entonces no las enseño. Desgraciadamente Cristiano no puede jugar de puertas para adentro. Así que si está pasando por un mal momento personal, se lo notan cien mil personas.

—¿Cuáles son las diferencias entre Cristiano y Messi?

—Son jugadores distintos pero igual de efectivos. Los dos resuelven para el equipo de una forma extraordinaria y por eso son los mejores del mundo. Las diferencias creo que están más en lo personal. Messi es más reservado y eso le hace más humano, más entrañable.

—¿Quién ha sido el mejor jugador de la historia?

—Messi, sin duda. Y he visto jugar en el Camp Nou a Maradona, a Ronaldinho, a Schuster, en fin, a muchos jugadores muy buenos. Nadie como Messi. Con mucha diferencia.

—¿Quiénes son sus amigos en el Madrid?

—Tengo amistad con Sergio Ramos. Me parece un tipazo. Tiene sangre y es un líder total. Gran amigo de sus amigos.

—¿Le ha oído cantar?

—Sí, le querría en mi equipo. Y jugando también. Y le diré una cosa: no estuvimos lejos de conseguirlo. No sé cómo de cerca hemos estado pero se escucharon campanas.

—Ramos, jugando en el Barça. No lo veo. Es como un culé apoyando al Madrid.

—Siempre voy con el Madrid cuando juega fuera de España.

—¿Pero qué tipo de culé dice eso?

—Es muy sencillo. Antes de que un trofeo se lo quede la Merkel o un francés o cualquiera de por ahí, prefiero que se lo traiga un equipo español. Soy así. Mejor aquí que fuera. No soy antimadridista y me da lo mismo lo que digan los demás. Veo a Sergio Ramos jugando contra el Manchester y voy a muerte con él. Se lo digo porque así lo siento.

—Cuando actúa, ¿el público de Madrid es distinto al de Barcelona?

—No, en absoluto. Para mí, Madrid es una de las mejores plazas que he tenido. He cantado muchas veces en Madrid y siempre es un público fabuloso.

—Su nuevo disco se titula ‘Destino’. ¿Por algo en particular?

—Porque estoy en un momento vital en el que todo puede pasar. El destino no está escrito y depende de lo que haga cada uno. Está en nuestras manos construir o deshacer lo que quieras que sea tu vida. Mi vida es muy complicada porque aparte de mi mundo y mi música tengo una familia y en mi familia hay enfermedades y me toca vivir todos los días con estas cosas. Y le digo una cosa, hay que creer que tú construyes tu destino, no puedes pensar que vaya a venir nadie a solucionarlo. Y este disco es el resultado de algo que soñé un día: hacer un disco completamente diferente a los demás y que no pase inadvertido. Ahora mismo estoy en el vacío a la espera de los resultados.

—¿Ha cambiado registros?

—Sí, lo he cambiado todo. Y espero que la gente lo reciba gratamente. El que no se la juega no avanza. Como en el fútbol.

—¿Qué papel ha jugado la televisión?

—Importante, porque cuando me llamaron para ‘La Voz’ llevaba mucho tiempo fuera de España y pensaba que aquí la gente podía haberse olvidado de mí. He compartido plató con gente de primera como José Mercé o Alejandro Sanz, gente increíble con un solo fallo, que son muy madridistas. Pero al final, el año pasado ganamos la Liga y también el programa.

—¿Cuáles son los consejos que daba a sus chicos?

—Que no escuchen tantos consejos. Que se dediquen a hacer lo que ellos crean que tienen que hacer.

—¿Resultado del Clásico?

—Madrid, 1; Barça, 2.