Doblete de Javi Guerra y Rayo heroico: aguantó 71' con diez
La expulsión de Ze Castro condicionó el partido pero el Rayo supo sufrir y pese al gol de Babin, que redujo distancias, se llevó tres puntos clave.
No diga gol, diga Guerra. Vallecas se ha rendido a los pies de un delantero de los que olisquea la ocasión, de los que está en el lugar y momento precisos. Sus dos tempraneras dianas dieron el triunfo a un Rayo, en inferioridad numérica durante 71 minutos, ante un Granada que se hunde más en la clasificación. Seis de los últimos ocho tantos franjirrojos llevan la firma del killer, que es el máximo realizador nacional con sus ocho goles (junto a Agirretxe) y, además, logró el doblete más rápido del cuadro vallecano en Primera.
Dos fogonazos. Dos tantos calcados. El cazador Guerra se tiró en plancha para remachar un disparo de Pablo, que había combinado con Tito (3’). El segundo llegó apenas siete minutos después. En esta ocasión fue Bebé quien centró el esférico, que rozó en Biraghi (10’). Mismo patrón, igual resultado.
Guerra robó el foco a Sandoval, que recibió el caluroso recibimiento de Vallecas en su regreso. Amargo. Ni la expulsión de Zé Castro (la primera amarilla por obstruir a Andrés y la segunda, por una falta a Márquez) reactivó al cuadro nazarí. Sólo Piti pellizcó el corazón de los locales. Un zurdazo del catalán que atrapó Toño (22’), que acumula milagros cada semana. La grada coreó su nombre, ya casi un ritual. A pesar de estar con un hombre menos, el Rayo llevaba el control del partido y dejó los nervios para la segunda mitad.
Tras el descanso, Sandoval espoleó a su equipo. Rochina y Thievy insuflaron aire a los nazaríes. Precisamente, el valenciano aprovechó una salida de Toño y fue Baena, una vez más impecable, quien aplacó el peligro (47’). Subían las pulsaciones. Se insinuaba el 2-1: un córner que botó Piti y cabeceó Babin (la pasada jornada el gol al Espanyol llegó de falta, con idénticos protagonistas).
No terminaron ahí los males del Rayo. La peor noticia fue la lesión de Toño. El guardameta se dolió de la rodilla izquierda tras una mala caída en un salto con El Arabi. Sufrió Vallecas, pero tuvo su premio. Tres puntos que endulzan el parón a los de Paco y amargan una noche de reencuentros para Sandoval.