Noche redonda de Javi Guerra y del Rayo ante un mal Espanyol
El delantero marcó un doblete y sentenció un partido en el que su equipo se adelantó tras un dudoso penalti marcado por Trashorras. Toño detuvo otra pena máxima.
El Rayo tiene toque, chispa y pólvora. Tiene a Guerra: doblete al Espanyol y seis goles en su haber, el mismo registro que Cristiano, Benzemá o Nolito. Es el killer de Vallecas y su última víctima fue un Espanyol más pendiente del fallo rival que de mostrar sus habilidades. Los datos caían del lado visitante, pero los cañonazos de Guerra agujerearon las estadísticas y la maltrecha defensa espanyolista, la más goleada de Primera.
Sin embargo, la historia no habría sido la misma sin Toño cubriendo las espaldas al pistolero Guerra. Dos paradas marcaron el partido. La primera llegó a los diez minutos, cuando Hernán Pérez recortó y puso un balón a la testa de Víctor Álvarez que detuvo el meta con la contundencia de un muro. La segunda, en el tiempo añadido. Leyó la mente de Burgui su portería se mantuvo impoluta.
El Rayo encontró premio a su trabajo porque saltó al césped con los números en contra y las contras como mayor manaza. Asensio y Caicedo sonaban a una combinación letal, pero se disiparon gracias a la defensa franjirroja, con un Llorente que va a más.
Los franjirrojos salieron en tromba a por el balón y la banda izquierda se antojaba incisiva con la conexión entre Rat y Ebert. Toño y Pau se remangaron, había tarea. El meta blanquiazul atajó un remate de Guerra (12’) y el palo repelió un disparo de Ebert. Asensio trató de buscar a su socio Caicedo en un córner que desbarató el Rayo, instantes antes de aprovechar el penalti que Roco cometió sobre Javi Guerra. Trashorras marcaba así su segundo gol de penalti este curso.
Tras el descanso, Bebé fue un soplo de aire fresco: recortes y asistencias para subir las pulsaciones a los locales. Asensio trató de aprovechar los recovecos que se abrían por la banda, pero el Espanyol pagó su falta de ambición. Guerra aprovechó un centro de Bebé para hacer el 2-0. Y dos minutos después, sacó la artillería, con un golazo desde la frontal. Algo escorado. Se ganó la ovación de Vallecas, para quien el guión aún guardaba alguna sorpresa.
Minuto 93. Burgui en el punto de penalti y paradón de Toño. Cómodo en su papel de héroe. Secundando al pistolero Guerra. Vallecas por fin disfrutó de un final feliz.