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ZARAGOZA 2-TENERIFE 0

El Zaragoza sigue en racha y ya es tercero

Tarde de penaltis en La Romareda: el primero no fue, otro no lo quiso señalar el árbitro y el tercero llegó en el descuento.

El Zaragoza sigue en racha y ya es tercero
Alfonso Reyes

El Real Zaragoza firmó su tercera victoria consecutiva y se aúpa hasta la tercera posición, empatado a puntos con el Oviedo y el Nástic y a cuatro de los líderes Osasuna y Córdoba. Su fútbol dejó bastante que desear, pero ya se encuentra en zona de playoff y está acostumbrándose a ganar, aunque sea de penalti. Anoche hubo tres en La Romareda: uno que sólo vio el árbitro, un segundo que no quiso pitar, también en el área del Tenerife, y un tercero, ya en tiempo de descuento, que le sirvió al equipo de Popovic para engordar el marcador final.

Al Zaragoza le costó entrar en el partido y sólo lo hizo gracias al árbitro, que vio penalti de Cámara a Ortuño donde sólo hubo una entrada limpia y al balón. El delantero centro acabó rodando por el suelo en la acción, pero Cámara tocó claramente antes la pelota. Ortuño, que sigue con la baba del gol, pese a que vagueó más de la cuenta, no desaprovechó el máximo castigo y engañó a Dani Hernández con un lanzamiento con su zurda sereno y muy colocado.

Hasta entonces el Zaragoza había dicho muy poco. Durante los primeros veinte minutos, el Tenerife, ordenado de idéntica manera y en torno a Alberto, inutilizó cualquier iniciativa del equipo aragonés a base de disciplina, atención y una presión agobiante. Sencillamente, el Zaragoza no podía jugar y se limitaba a disparar desde muy lejos, demasiado sencillo para el conjunto de Agné, que no vino sólo a defenderse y creó cierta incertidumbre en la grada hasta que llegó el comentado penalti, una acción, por cierto, que gestó Diamanka con una de sus clásicas llegadas desde la divisoria central.

El partido no cambió demasiado tras el 1-0, pero el Zaragoza encontró más espacios y mejoró ligerísimamente sus sensaciones. Tuvo un par de llegadas interesantes, en la primera de las cuales hubo un penalti de Vitolo a Jorge Díaz en el minuto 35 y delante de las mismas narices de Arias López. Al final, el árbitro señaló el que no fue y se hizo el sueco en un derribo que pareció claro. Uno por otro.

El Zaragoza pudo haber sentenciado al poco de comenzar la segunda parte, pero el portentoso derechazo de Diamanka desde fuera del área se estrelló en la misma cruceta izquierda de Dani Hernández. Un disparo extraordinario que mereció el premio gordo, una suerte que también estuvo a punto de disfrutar el Tenerife en un cabezazo de espaldas de Carlos Ruiz.

A media hora del final, Popovic movió el banquillo y dio entrada a Ángel por el uruguayo Jorge Díaz, a lo que respondió enseguida Agné revelando, en medio de un corto diluvio, a Nano, inédito toda la tarde, por un jovencísimo Cristo González (17 años). Muy pronto se lesionó Hinestroza, entrando Abraham y pasando Ángel a la derecha, variando el Zaragoza las dos bandas de su ataque, pero sin ningún efecto práctico.

El juego decayó todavía más, porque al Zaragoza le faltó mucho fútbol y al Tenerife mucha sorpresa para sorprender, y Popovic se decidió, por fin, a apostar por Sergio Gil para el último cuarto de hora y en vista de que Diamanka estaba renqueante por sus molestias en el tendón rotuliano. Pero ya no había ni tiempo ni fuerzas para nada, en un terreno muy pesado por la lluvia constante, salvo para que el portero derribara a Ángel en el descuento y le diera ocasión al ‘9’, muy necesitado de goles, de darse una alegría final y de agrandar un resultado que para el Real Zaragoza era fundamental.