Cedrés mantiene al Castilla en la pelea por el liderato
Un gol del canario permite al filial seguir la estela del Barakaldo tras ganar en el Salto de Caballo a un Toledo que sumaba seis triunfos consecutivos.
El Castilla ha aprendido a nadar en las turbias aguas de la Segunda B. Si la jornada pasada tumbó al Arenas de Guecho pese a jugar en inferioridad, esta vez se deshizo del Toledo con un gol arropado por un juego práctico y efectivo. El tanto lo firmó Cedrés en el minuto 37 y cimentó un triunfo con doble mérito: el equipo toledano, dirigido por Onésimo, se presentaba al duelo con seis triunfos consecutivos en su haber…
También cuenta que Zidane no para de evitar que la tostada caiga por el lado de la mantequilla. Si ante el Arenas fue Mariano el que obró el milagro, marcando a los 20 segundos de estar en campo, ahora su equipo se fajó cual jabato para sostener la portería a cero pese a que el técnico francés se vio obligado a rizar el rizo en la zaga. Sin Marcos Llorente, mediocentro reconvertido a central y que jugó ayer sábado con el primer equipo ante el Levante, y con media defensa en la enfermería (León, Jaime, Héctor y Abner), se la jugó con un malabarismo. Hizo debutar a Dani Fernández, habitual lateral derecho con el Juvenil A, cambiándolo al lateral zurdo para que Tejero, el ‘tres’ en las últimas jornadas, actuase esta vez como central. Un ejercicio circense del que el filial salió airoso.
Incluso el propio Dani Fernández pudo estrenarse con un gol en el 26’, pero Zabal le sacó una mano espléndida y el rechace lo mandó Mayoral al poste derecho al intentar evitar la segunda estirada del portero toledano. La réplica la puso Rubén Sánchez, el nueve de equipo imperial, que no marcó de puro milagro en el 35’ al no llegar a cazar un centro lateral de esos que no se deben desaprovechar.
Tras el gol de Cedrés, el Castilla pasó a controlar con cierta solvencia el devenir del choque y hasta pudo ampliar la ventaja en una gran jugada de Mayoral en el 55’ que neutralizó la manopla de Zabal. Aún y con eso, el Toledo pudo dejar el asunto en tablas en el minuto 91’, pero Rubén Sánchez mandó inexplicablemente el balón al cielo toledano cuando enfilaba con muchísimo peligro la portería de Carlos Abad… La tostada de Zidane volvió a caer por el lado bueno.