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Eslovaquía 0-1 Bielorrusia

Drahun amargó la fiesta de Eslovaquía que no se clasificó

Drahun se convirtió en la pesadilla local: primero sacó bajo palos el 1-0 de Mak y cinco minutos después convirtió el único tanto del encuentro de cabeza

Madrid
Drahun amargó la fiesta de Eslovaquía que no se clasificó
REUTERS

Eslovaquía se quedó su clasificación cuando el MSK Zilina estaba preparado para la fiesta. El conjunto eslovaco no pudo con una Bielorrusia que jugó un partido muy serio y aprovechó su mejor ocasión para marcar. Drahun fue la gran pesadilla de los locales, autor del único y, además, le sacó a Mak el 1-0 justo antes.

Bielorrusia se presentó en el MSK Zilina con la intención de no ser un convidado de piedra en la fiesta de Eslovaquía. Los bielorrusos empezaron muy bien, con una alta presión que incomodaba mucho a los locales. El balón a penas llegaba a ninguna de las dos áreas, aunque quien mandaba era Bielorrusia. Tenían más balón y, con una defensa muy bien plantada y ordenaba, no concedían ni un resquicio a los locales. Eslovaquía, sin embargo, tiró de calidad. Sin Nemec, el habitual nueve, en el once inicial, era Mak el que más los intentaba. Y, a la media hora, llegó la jugada clave. Buen desmarque de Mak que con su tiro cruzado superó al meta Gorbunov, pero no a Drahun, que llegó para sacar bajo palos el esférico. Y es que el centrocampista bielorruso se ha convertido en la gran pesidalla eslovaca. Porque, cinco minutos después, remató al fondo de la red un córner sacado por Bresan para poner el 0-1 en el marcador. Con el tanto, Eslovaquía se desdibujó y los visitantes pudieron hacer más daño. Nekhajchik tuvo el 0-2, pero no acertó con la portería. 

Tras el descanso, Eslovaquía mejoró, aunque seguía sin encontrar el camino a la portería bielorrusa. Aún así, eran los visitantes los que más pisaban área y Stasevic tuvo la primera ocasión de la segunda parte. Con los eslovacos casi noqueados, era Mak el único que lo intentaba con criterio. Weiss, de falta directa, tuvo la primera clara para los locales, pero Gorbunov estuvo acertado sacando el tiro con una bonita estirada. El seleccionador eslovaco sabía que era el día de sentenciar la clasificación, así que sacó a Nemec, su habitual punta, por Pecovsky, un mediocentro. Eslovaquia apretaba con su público empujando y, poco a poco, iba encerrando a una Bielorrusia que estaba pagando su gran esfuerzo. Y más de cara se le pusieron las cosas cuando Martynovich vio su segunda tarjeta amarilla y dejó a su equipo con diez. Eslovaquía lo veía claro y Kucka se estrelló con el palo un minuto después de la expulsión. Los visitantes, con uno menos, se echaron atrás y, tras los cambios, incluso se quedó sin referencia. No hacía falta, lo importante era aguantar las embestidas locales. Entonces emergió la figuro de Gorbunov, que hasta entonces sólo había tenido que parar una. El meta se hizo gigante y paró todo lo que los eslovacos le tiraban. E incluso lo de sus propios compañeros ya que en el descuento sacó bajo palos un mal despeje de Polyakov. El tiempo se agotaba y Eslovaquía no pudo perforar la portería de una Bielorrusia que no se jugaba nada. 

Drahun aguó la fiesta eslovaca que se tendrá que posponer para la última jornada en la que se la jugará contra Luxemburgo a domicilio. Los eslovacos deben hacer lo mismo que Ucrania, ya que ahora mismo están empatados a puntos en la lucha por la segunda plaza que da el pase directo a la Eurocopa, sin embargo Eslovaquía, en caso de empate, quedaría por delante.