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LA INTRAHISTORIA

Luxemburgo estuvo a tan solo un paso de la semifinal de 1964

Dinamarca la apeó tras una eliminatoria que constó de tres partidos pero ya había eliminado antes a Holanda jugando sus dos encuentros en territorio holandés.

La selección de Luxemburgo brinda tras ganar a Holanda.

Pese a que pueda parecer una obviedad, no hay enemigo pequeño. Incluso el rival de hoy tiene una pequeña pero heroica epopeya en el fútbol: Luxemburgo estuvo a punto de ser una de las cuatro selecciones presentes en la fase final de la Eurocopa que organizó España en 1964.

Su aventura comenzó en el sorteo de los emparejamientos de octavos, celebrado en Ámsterdam, el 26 de marzo de 1963. La selección luxemburguesa no participó en la primera ronda, pero en octavos quedó emparejada con Holanda. Los tulipanes aún no habían desarrollado el Fútbol Total que les haría famosos, pero partían como claros favoritos. La Federación luxemburguesa pidió disputar ambos encuentros en territorio holandés, para obtener mayor recaudación económica.

Así, Ámsterdam y Rotterdam acogieron los dos partidos. Si el primero acabó con sorpresa (1-1, goles de Nuninga y May en la primera parte), la segunda fue tremenda: ganaron 2-1, ambos goles de Dimmer, mientras que Kruiver estableció el empate momentáneo.

En cuartos, su rival fue Dinamarca, que contaba con Ole Madsen, su capitán y un delantero letal (marcaría los seis goles daneses en esta eliminatoria). El primer partido fue un toma y daca por parte de ambas selecciones, finalizando con empate (3-3). El segundo comenzó de mejor manera para los jugadores del Gran Ducado, que se adelantaron con un gol de Leonard a los 13 minutos. Pero Madsen, su pesadilla, le dio la vuelta al marcador. A falta de cinco minutos, un tiro de Ady Schmit, desde 30 metros, batió a Sörensen (2-2). Se debía jugar un desempate. De nuevo Ámsterdam sería la sede. Pero esta vez no hubo suerte: Ole Madsen les apartaba de su sueño al lograr un nuevo tanto justo antes del descanso. Ya no habría milagros de última hora. Luxemburgo se quedaba a un paso de poder participar en España-1964. Eso sí, vendió cara su derrota, pero a la vez dejó un poso de honor, heroicidad y rebeldía en el mundo del fútbol.