ESPANYOL
Espanyol: de espaldas al camino
Recae el equipo en los mismos errores defensivos y muestra una preocupante fragilidad tanto mental como táctica. Tienen casi dos semanas para rehacerse.
Doble fragilidad. Los primeros 20 minutos largos del partido ante el Sporting resultaron un calco de los inicios registrados ante el Deportivo o el Real Madrid. Un Espanyol carente no ya de intensidad, sino incluso de concentración y capacidad competitiva. Problemas de origen psicológico que se traducen en goles rivales y en una incapacidad manifiesta para remontar la situación. Pero esa desconexión también comporta errores tácticos. La salida de balón en demasiadas ocasiones se torna endeble, como en la jugada que ocasionó el gol de Alen Halilovic (un comprometido pase vertical que acaba en pérdida). Y también la colocación, como se vio en el tanto de Álex Menéndez, mortal de necesidad: en un saque de banda (precedido ya de un error) encontró el Sporting totalmente solo a un jugador en la frontal. El equipo se obceca en atacar cuando va por detrás en el marcador, o cuando busca el gol del triunfo, descuidando lo más básico: defender.
‘Reset’ como hace un año. Seguramente lo más preocupante de esta repetición de situaciones es que hasta la fecha no son los aciertos rivales los que provocan las derrotas (cuatro en siete jornadas), sino los errores propios. Hace una temporada, la plantilla y el cuerpo técnico ya se conjuraron para recomponer todo el juego, visto que no funcionaba la idea original. Sucedió durante el primer parón de Liga. Ahora llega el segundo. Nunca es tarde si la solución es buena.
Moreno tampoco estaba. Se está empezando a generar una corriente negativa, achacando la mayoría de males defensivos, especialmente el déficit en la salida de balón, a la ausencia de Héctor Moreno, traspasado este verano al PSV Eindhoven. Cierto es que los mejores momentos del Espanyol el curso pasado se vivieron con el mexicano, en enero. Pero el central no debutó hasta diciembre, por la lesión que había sufrido en el Mundial, y el equipo a estas alturas había recibido justo la mitad de goles, ocho, que ahora, la friolera de 16. No hay que detenerse a observar el árbol, sino el bosque en su conjunto.
Asociarse con Asensio. También ha marcado el Espanyol menos goles (siete) que hace un año (ocho). No está Sergio García, pero sí Marco Asensio, por quien debe fluir el juego. Para lograrlo, habría que abusar menos de los balones largos. Es la manera de encontrarle. Y, para disponer de más recursos, las bandas deberían ser más incisivas que en la mayoría de partidos, exceptuando el día del Valencia.
No disparen al pianista. Las críticas suman si son constructivas, pero hay casos en las que pueden truncar una carrera prometedora. Es el caso de Pau López. Llamado a ser el portero del Espanyol durante años, su entorno deberá protegerlo. Le irán bien el parón y su estancia en la Sub-21. Es el último de una cadena de errores y, sin embargo, se ha convertido en un blanco fácil, por ser el portero el más visible. ¿Cuántos partidos en Primera llevaba a su edad Kiko Casilla? La respuesta es ninguno. Y hoy es internacional.