Primer triunfo en casa de la temporada para el Mirandés
Álex Órtiz en el minuto 79 de partido dio los tres puntos al Mirandés frente al Girona, que apenas inquietó tras encajar el gol.
El Mirandés sumó su primera victoria en casa de la temporada gracias al gol marcado por Álex Ortiz a falta de diez minutos para el final. Los rojillos fueron más persistentes en su afán por amarrar la victoria y el fútbol les correspondió con tres puntos vitales para abandonar la parte baja de la tabla clasificatoria.
El partido comenzó muy igualado, un guion que se mantuvo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Ambos conjuntos mostraron una disposición táctica muy similar, con tres defensas y un medio centro plagado de hombres. La pugna en el centro del campo era la tónica dominante minuto a minuto.
Los de Pablo Machín tuvieron el primer acercamiento del encuentro. En el minuto tres de la primera mitad, una falta botada por Lejeune, no fue rematada por centímetros por el defensa Kiko Olivas, que se había sumado en la busca del remate.
La réplica no se hizo esperar, y nació de un córner botado por Álex García, que adquirió ese matiz conocido como “olímpico” y se estrelló en el palo derecho de la meta defendida por Isaac Becerra.
Con el paso del tiempo los de Carlos Terrazas se encontraban más y más cómodos, pero sin ser capaces de crear ocasiones de peligro.
La más clara de los locales llegó en el minuto 34 de partido. Pase de Rúper a la espalda de la defensa gerundense, Ion Vélez controla bien, se zafa de dos jugadores visitantes y habilita a Lago Junior para que éste se llene de balón y envíe el cuero por encima de la meta defendida por Isaac Becerra.
Hasta llegar el descanso, poco más que destacar, con un juego poco vistoso y con dos equipos más preocupados por no cometer errores en defensa que por crear juego y ocasiones de gol.
Todo pudo cambiar tras el paso por vestuarios, tras una buena acción individual de Carlos Clerc, cuyo centro no fue aprovechado por Mata cuando el delantero se encontraba en una posición inmejorable.
El Mirandés rozó el gol en una doble ocasión. En primera instancia, los rojillos pidieron penalti por una mano de Kiko Olivas dentro del área, una acción que a simple vista pareció bastante clara y susceptible de ser pena máxima.
En la misma jugada, el propio Olivas fue protagonista tras impactar la pelota en su pierna derecha e irse cerca de la portería defendida por su propio cancerbero Becerra.
Los de Terrazas seguían rondando el gol, que volvió una vez más a estar cerca, tras una acción en la que por enésima vez en tareas ofensivas, Ion Vélez cedió en este caso a Néstor Salinas para que el media punta, desde la frontal del área pequeña disparase por encima del larguero ante la incredulidad de la grada mirandesa.
A Pablo Machín no le gustaba que lo que veía sobre el césped de Anduva, y decidió mover fichar. Mata dejó su lugar a Felipe Sanchón, que nada más saltar al terreno de juego, probó a Raúl Fernández con un intento de vaselina desde la media luna al que respondió a mano cambiada el cancerbero.
Poco a poco los catalanes dieron un paso al frente y buscaron el gol. La tuvo Jairo Morillas en el 72’ cuando intentó hacer el más difícil todavía, buscando el pase antes que disparar a puerta dentro del área.
Becerra volvió a estar acertado por parte de los de Machín a falta de quince minutos para el final tras una incursión por la banda izquierda de Álex García que terminó en córner tras el despeje del portero.
Sin embargo el cancerbero no pudo hacer nada en la siguiente acción, que significó que los rojillos registraran el 1-0 en el marcador. Córner botado por Abdón Prats, que acababa de ingresar en el terreno de juego, y el central Álex Ortiz entrando con todo desde atrás, se lanza en plancha para rematar de cabeza y enviar el esférico al fondo de las mallas.
Se intuía un arreón final de los visitantes buscando el empate, pero éste nunca llegó. Terrazas tiró de suplentes para ralentizar el partido ante la desesperación de Pablo Machín.
Final y tres puntos para los rojillos que cogen aire en el comienzo de un mes de octubre muy exigente.