EL PERFIL
Berizzo: retrato de un ganador
De quien más retuvo fue de Bielsa, su profesor. Le obedeció como jugador y como ayudante, sobre todo en esos tres años que cambiaron la mentalidad futbolística de Chile.
Uno recuerda al Berizzo jugador e instintivamente se lleva la mano al tobillo. La caricatura propia del central agresivo y contundente que fue, rasgos, eso sí, menos decisivos que su carácter, gen competitivo y sentido táctico. Detrás del Toto hubo un bruto, pero más un ingeniero. Un tipo observador, inquieto y con retentiva. Jugó al fútbol, pero fundamentalmente se lo aprendió. La pizarra y el barrio. Virtudes que concluyeron en el entrenador creciente que es hoy, el que ayer dio la vuelta al mundo subido a los periódicos.
De quien más retuvo fue de Marcelo Bielsa, su descubridor, su profesor, su general. Le obedeció como jugador y como ayudante, especialmente en esos tres años que cambiaron la mentalidad futbolística de Chile. Es en ese país donde Berizzo es más que una autoridad. Hacer campeón a O’Higgins fue doblegar un imposible.
Estricto, exigente, metódico, pero no radical en la puesta en escena. Protagonista, ambicioso, atrevido, pero con un ojo siempre puesto en el equilibrio. Y esencialmente argentino: una personalidad abrumadora que se come al de enfrente. No confunde lo serio con lo aburrido. Seductor, conversador, divertido. Listo. Una combinación explosiva de laboratorio, astucia y genialidad. El vivo retrato de un ganador.