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REAL ZARAGOZA

Lugo: un partido crucial para el futuro de Ranko Popovic

Nadie quiere destituirle, pero la preocupación entre los miembros del Consejo de Administración y la Fundación Zaragoza 2032 es enorme.

Ranko Popovic.
ALFONSO REYES

Ranko Popovic quedó definitivamente señalado el domingo por La Romareda y su continuidad en el cargo depende ya de los próximos resultados, especialmente del partido de este sábado en Lugo. Ninguno de los principales del club aragonés aboga en estos momentos por su destitución, pero la preocupación por la clasificación y el fútbol del equipo, además de por los cánticos de la grada hacia el técnico, ha invadido a los consejeros y patronos de la Fundación Zaragoza 2032 y el futuro del serbio ya es objeto de un frío y objetivo debate interno.

Así que el de Lugo va a ser un encuentro crucial, casi definitivo, para Popovic, que tiene al Real Zaragoza a un punto del descenso y a siete del liderato, y no logra construir un bloque organizado y eficaz, pese a que dispone de una de las mejores plantillas de la categoría.

El Consejo de Administración del Real Zaragoza se reunió en gabinete de crisis para analizar la situación del entrenador y del equipo, y se decidió mantener la confianza en Popovic a la espera de una reacción inmediata. El entrenador sigue manteniendo crédito entre los máximos responsables del club, especialmente por parte del consejero delegado Carlos Iribarren, que fue quien impulsó su contratación como relevo de Víctor Muñoz, pero de la misma manera existe la firme convicción de que esta deriva deportiva no se puede prolongar mucho tiempo más. La preocupación es enorme y el margen para Popovic es cada vez más estrecho.

Los consejeros y patronos esperaban que estos dos encuentros consecutivos en La Romareda (Córdoba y Osasuna) servirían para colocar al equipo en la cabeza de la clasificación, además de elevar el número de abonados, pero la realidad es que el Zaragoza está despeñado en la tabla, juega cada vez peor y Popovic es para la mayoría de los seguidores más un problema que la solución.

No se va a tomar ninguna decisión apresurada, ni hay nada decidido de antemano, pero un resultado adverso en el Ángel Carro de Lugo significaría prácticamente la puntilla para un entrenador que tuvo que escuchar el domingo cómo el “¡Ranko, vete ya!” resonaba como un trueno en los minutos finales del descuento.

Desde luego, son las horas más difíciles para Popovic, al que el domingo se le vio ya muy afectado en la conferencia de prensa posterior al encuentro frente al Osasuna. “Entiendo la decepción. La gente tiene toda la razón del mundo en pedir lo que quiera”, señaló el serbio sobre los cánticos, para acabar eludiendo en parte una pregunta sobre su futuro: “Ahora mismo me preocupan más otras cosas que eso”.

Pero Ranko Popovic es el primero que tiene claras las leyes del fútbol y que sabe que no hay nadie más débil que un entrenador que no gana partidos. Todavía está convencido de poder darle la vuelta a la situación en los próximos partidos, pero su posición ahora es débil y no le queda otra que ganar y ganar, si quiere salir de la diana. “No queda otra que trabajar y levantar esto entre todos”, dijo el domingo el preparador serbio, pero lo cierto es que él es el único que se va a jugar el puesto. Así es el fútbol profesional.

En el análisis de situación sobre el futuro de Popovic no puede pasarse por alto la cuestión económica. Su salario no es elevado —la temporada pasada percibió un salario próximo a los 120.000 euros—, pero el club está muy cerca de sobrepasar el límite salarial impuesto por la Liga de Fútbol Profesional y debería afrontar el finiquito aplazado de Ranko Popovic y el contrato de su hipotético relevo en el banquillo, para el que todavía no hay ningún candidato.