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UN HISTÓRICO DEL EQUIPO NAZARÍ

Cándido Gómez (Candi): “Bernabéu fue como un padre”

Cándido Gómez Álvarez llegó al Granada en 1948 rebotado de Athletic. Defendió su portería doce temporadas y después presidió el club en la época más gloriosa de siempre.

El ex jugador y ex presidente del Granada CF, Candido Gomez Alvarez , "Candi ".
Pepe Villoslada

—¿Qué tenía aquel Granada de los setenta que conserva aún su leyenda?

—Era un equipo muy difícil, al que se temía hasta en los campos de gran categoría. Era un Granada del que siempre había que protegerse mucho porque competía muy bien y aunque fuese perdiendo, siempre creía en levantar el resultado. Y esa forma de entender el fútbol era lo que yo traté de inculcar.

—¿Cuál fue el jugador más caro que ha comprado?

—Alfredo Megido. Le traje del Sporting de Gijón por 12 millones y se lo vendí al Betis por 15. Era uno de los mejores extremos del fútbol español y lo pagamos caro, pero lo vendimos mejor...

—En aquella época también vendió a Lasa, Barrios y De la Cruz.

—Imagínese que vendimos a Lasa al Athletic por 12 millones y lo habíamos comprado por un millón y medio (siempre de las antiguas pesetas). Los jugadores que destacaban en el Granada eran perseguidos por los grandes. La venta de Barrios y De la Cruz se hizo a la vez y se pagó muy bien, pero no recuerdo exactamente la cantidad, sobre unos 20 millones.

—Sin embargo, Enrique Porta se sigue quejando de que no le quiso vender al Barcelona cuando fue el máximo goleador de la 1971-72...

—Enrique Porta es un desagradecido (risas). Llegó al Granada sin nombre y yo le estuve protegiendo durante cuatro o cinco años hasta que pudo tener sitio en el primer equipo. No es cierto que el Barcelona le quisiera fichar. Le cuento lo que sucedió: el Barcelona me preguntó por él y yo le dije que si querían a Porta tenían que pagar un millón por cada gol que había marcado, y en aquella temporada hizo 21 goles. Ya no me volvieron a llamar (risas).

—Hace poco tiempo se volvieron a ver. ¿Han quedado bien?

—Con Porta no tuve ningún problema. En realidad me sentía con ellos como un jugador más, tanto que a veces se confundían conmigo y creían que podían aprovechar esa relación cordial a la hora de renovar, para ganar más dinero. Pero cuando había que negociar cada uno estaba en su sitio y yo llegaba con las rebajas.

—Fichó a jugadores extranjeros como Parits, Benítez, Mazurkiewicz... ¿Y es verdad que estuvo cerca de traer a Beckenbauer?

—Yo tenía plenos poderes en la cosa deportiva. Era el responsable de fichar jugadores y en muchos casos tuve suerte. Antes no teníamos los sistemas de ahora y apostar por extranjeros era arriesgado. A Beckenbauer le tenía fichado, pero al final no vino porque era muy jovencito y estaba estudiando, y ya ve el jugador que fue.

—¿Es tan difícil ganar ahora al Real Madrid como entonces?

—Siempre fue difícil, la diferencia siempre es muy grande. Pero en el mundo del fútbol puede ocurrir de todo. Nosotros hicimos allí buenos partidos y otras veces salimos goleados, igual que ahora.

—En la 1973-74 ganaron con gol de Lorenzo. ¿Se acuerda?

—¡Eso no se puede olvidar! ¡Fue una fiesta, nos recibieron en Granada como a héroes! Aquella temporada acabamos sextos y por delante del Real Madrid. Aquel Granada tenía algo especial y si le daban una oportunidad, la aprovechaba.

—¿Conoció a don Santiago Bernabéu?

—Fue mi padre deportivo. Me consideraba mucho y me cuidaba como un padre a su hijo, seguramente por mi juventud de entonces. Era un hombre exquisito en el trato, bonachón, una gran persona que sabía más del fútbol que quien lo inventó (risas). En las reuniones era un hombre comedido y justo al hablar. Muy sabio.

—¿Qué aprendió de él?

—A ser un presidente honesto.

—¿Ha cambiado mucho el fútbol desde que usted lo dejó?

—Ahora lo vivo como aficionado y no me gusta hablar de lo que no sé. Ha cambiado por fuera, han conseguido que sea un negocio que mueve el mundo, pero la pasión que despierta es la misma, es la fuerza que lo hace único. Es algo muy grande...