Fuerte discrepancia entre Amorrortu y Ziganda en Lezama
Ziganda, técnico del filial, no escondió que hay discrepancias, pero como pone al Athletic en primer término, tratan de convivir con el bien del club como elemento común.
Amorrortu estaba apartado de la cabina de mando en Lezama y de repente, impulsado por Valverde, retomó sus funciones y aplicó una tabla de venganzas personales con aquellos técnicos de la factoría del Athletic que no eran de su cuerda. No es el caso de Ziganda, que tiene un estatus definido (será el próximo entrenador del primer equipo, cuando lo deje Txingurri) y va por libre. Su relación con el restituido coordinador de Lezama es inexistente desde hace tiempo e incluso se escapa a su control (incorporó a Tiko como ayudante sin pasar por su despacho).
El técnico del filial no escondió que hay discrepancias, pero como pone al Athletic en primer término, tratan de convivir con el bien del club como elemento común: “La cosa está bien, hacedme caso. En este quinto año que empiezo he conocido a mucha gente y compartido muchos momentos con un montón de gente. Aquí en Lezama nadie es imprescindible, la mayoría, y conozco a casi todo el mundo, tenemos capacidad y conocimiento para estar aquí, y es un lujo. Los que estamos tenemos que empujar y comportamos como un equipo de fútbol. ¡Si no qué ejemplo damos a los chavales! En todas las empresas y fábricas hay discrepancia... los pareceres de unos y otros no coinciden”.
El distanciamiento se hizo más hondo cuando Amorrortu aprobó cesiones de jugadores que no encajaban en el primer equipo y los mandó a rivales del Bilbao Athletic en Segunda, mientras que Ziganda los quería como refuerzos. Éste no quiso hacer sangre: “Lo importante es el bien común”.