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ZULEMA GONZÁLEZ, ÁRBITRA DE TERCERA

"Las árbitras tenemos presión añadida por ser mujeres"

Zulema González (Ourense, 1992), sobrina del exárbitro internacional González Vázquez, dirigirá un trío arbitral femenino. Hay nervios, pero es "el sueño cumplido".

Zulema González, árbitra de Tercera División del Comité Gallego.

Se puede decir que creció entre silbatos y banderines. Zulema González González (Ourense, 1992), sobrina del exárbitro internacional Bernardino González Vázquez y del exasistente Manolo González Vázquez, será este domingo protagonista al convertirse en la colegiada que encabezará un trío arbitral exclusivamente femenino. Será, además, la primera árbitra que dirija un partido de Tercera División en Galicia. Será en Pontevedra, en el partido del Grupo I de Tercera División entre el Ribadumia y el Boiro. Zulema, además de árbitra es maestra y está terminando su segunda carrera, Psicología.

Confiesa que está nerviosa, sobre todo porque acaba de ver por vez primera el cartel de captación de árbitras del Comité Gallego que ella protagoniza, pero con ganas de que llegue este domingo. En el partido estará asistida por Elena Casal y Alicia Andrés. "Llevo toda la semana con presión y estoy con muchas ganas de que llegue. A final de la pasada temporada ascendí y éste es mi primer partido en Tercera División. Llegar hasta aquí es el sueño cuando empiezas y ahora estoy a punto de convertirlo en realidad".

En Galicia 38 de los 800 colegiados son mujeres, según datos facilitados por el presidente del Comité Gallego, Fernando Iglesias, una cifra que se han propuesto que crezca y para lo que acaban de estrenar una campaña de captación y cuya protagonista es la propia Zulema González. 

Pese a que las noticias sobre agresiones a mujeres colegiadas son una triste realidad, a Zulema el hecho de que sus compañeras sean también mujeres le tranquiliza: "Sabemos que los insultos están ahí, pero las tres tenemos muchos años de experiencia y sabemos a qué nos enfrentamos. Estamos preparando muy bien el partido y la experiencia nos da los recursos suficientes para hacerlo muy bien". 

En efecto, la experiencia avala a Zulema. Lleva 11 temporadas arbitrando. Empezó con 12 años arbitrando a niños de Fútbol 7 en Ourense y fue asistente de Tercera Regional. Nacida en una familia de árbitros, tenía mucho más fácil decidirse por el arbitraje. Dos de sus tíos son exarbitros, el exinternacional Bernardino González Vázquez y el exasistente Manolo González Vázquez, aunque su padre, curiosamente, no fue árbitro, pero sí jugó al fútbol, no de manera profesional. En la actualidad tiene un primo asistente al que supera en galones arbitrales, ya que él es auxiliar de Tercera División. "En mi casa veíamos los partidos y en lugar de fijarnos en las jugadas nos fijábamos en el arbitraje", confiesa Zulema. 

Esta gallega asegura que no le intimida dirigir un partido masculino y reconoce que intenta imponerse: "Me dicen que suelo tener muy mala leche cuando arbitro, que me impongo. Tengo amigos fotógrafos que han intentado en infinidad de ocasiones retratarme con un gesto sonriente y no lo han logrado. Yo disfruto arbitrando, aunque el gesto de la cara no me acompaña. Supongo que el gesto es por la tensión del partido, que me hace estar muy concentrada". 

Zulema reconoce que por el hecho de ser mujeres a las colegiadas se les mira más con lupa: "Las árbitras tenemos una presión añadida por el hecho de ser mujeres. Tenemos que demostrar más que ellos que nos hemos ganado estar ahí". Reconoce que los insultos están ahí, pero considera que, poco a poco, se van erradicando: "Al principio escuchaba muchos comentarios machistas, pero creo que ese machismo se va erradicando poco a poco y cada vez sorprende menos ver a mujeres arbitrando. Además, a medida que vas avanzando en las categorías del fútbol, la gente es más profesional y guarda mucho más las maneras. De todas formas, me molesta mucho más que duden de mi profesionalidad, que me digan por ejemplo que no estoy corriendo como debería a que me insulten".

En la consigna de Zulema y en los consejos de sus tíos exarbitros se repite una palabra: "Trabajo". El trabajo que desea que cuando cumpla la edad reglamentaria (25 años) alcance otro sueño, ser árbitra internacional, un privilegio que ostenta en la actualidad una paisana suya, la asistente gallega Yolanda Parga.