ATHLETIC
Gurpegui: "Ojalá pueda levantar otra copa antes de retirarme"
El capitán del Athletic se sacó al fin una espina; bueno, dos: ganar un título 31 años después y ocupar el verde en una final. Está feliz y quiere disfrutar de lo que le quede.
¿Qué tal está físicamente? El otro día, de nuevo sufrió un golpe en la nariz...
En cuanto me dieron el golpe, noté el chasquido y empecé a sangrar... Pude acabar bien. Pasé unos días dolorido y a seguir, que esto no para.
Fue un chasco lo de Eibar.
Fue una decepción muy grande porque tenemos un comienzo de Liga muy duro, con partidos contra rivales buenísimos y ese partido lo tienes señalado para ganar o puntuar, sabiendo que el Eibar iba a ser un rival complicado. El equipo no compitió bien. Queremos pasar página. Hemos visto vídeos que sirven para aprender.
El partido ante el Getafe puede ser el 300 de Liga con el Athletic. Podría llevar muchos más, pero bueno... ¿Le atraen las cifras redondas?
Está bien. Si no hubiera sido por la sanción y las lesiones en la rodilla, ese número podía haber llegado antes, pero estoy orgulloso de cómo he superado muchos obstáculos, la manera en que los he afrontado. Estoy encantado de llegar a esos 300 partidos y con ganas de superarlos pronto.
Ahora sí que dirá: ‘¡Ya me puedo retirar tranquilo, con un título!”.
Sí, todos ansiábamos este título, sobre todo porque habíamos perdido muchas finales últimamente. Por lo inesperado, porque contra el Barcelona a doble partido es mucho más difícil, todos lo recibimos encantados. Ojalá antes de retirarme pueda levantar otro. Ha costado, a ver si ahora cogemos carrerilla.
Fue una semana perfecta: el título, el cumpleaños con la felicitación en el aeropuerto de Vicky, su ferviente admiradora... ¿Los mejores días de su carrera o esos fueron cuando volvió al fútbol?
Deportivamente no tengo duda: ha sido la semana más feliz de mi carrera, porque después de 31 años... Si algún club se merecía haber ganado un título sin esperar tanto es el Athletic, por su filosofía, cómo entiende el fútbol y porque en los últimos años las cosas se están haciendo bien. Nosotros siempre lo hemos soñado y se hizo realidad.
Esta vez afrontó la final participando, en el verde, y encima en los dos partidos.
Sí, tenía una espina clavada con las finales. Todos vivimos muy intensamente estar en ellas, pero no haber participado en ninguna te deja vacío. Tuve la suerte de jugar un rato en el partido de casa y en Barcelona entero, así que encantado, y encima no perdimos.
En la final de Caparrós estaba quemado, se planteó ir a Valladolid con Mendilibar...
Eso es, estuve en el banquillo, era el año después de la sanción. Me costaba entrar en el equipo, no era un habitual. Pensando en mí y en el club les propuse ir cedido a un Segunda; no tenía problema de bajar. Sólo necesitaba jugar partidos y volver al Athletic siendo un jugador nuevo, rodado, porque en Primera cuesta coger el ritmo. El club habló con el míster y dijo que contaba conmigo, luego lo jugué prácticamente todo.
En las dos finales de Bielsa fue más duro.
Sobre todo la primera. En octubre me rompí el cruzado. Vivir esa temporada desde la barrera, aunque estás en el equipo... Fui a Lisboa, Manchester... me habría gustado vivirlo participando.
Es un tópico, pero el fútbol le debía una.
El día que lo deje me voy a quedar más con los buenos momentos que los malos, los de las finales, la Supercopa, la Champions... Lo otro son circunstancias que he superado y tampoco tengo la sensación de que el fútbol me debiera algo. Cuando levantaba la Supercopa, la sensación era increíble porque he sufrido mucho con el fútbol y pensé: ‘Ya era hora de tener esta satisfacción”.
¡Levantó muy rápido el trofeo! ¡31 años esperándolo y fue un visto y no visto!
Lo recuerdo. Me pareció un poco frío. El resto del equipo tenía que ir debajo del arco. Me la dieron y venga. Nadie me quita ese momento. Es la sensación de que haces un trabajo y la recompensa es un título. Ver las caras de mis compañeros, había que devolver a la gente un poco de lo que tanto nos ha dado desde la final de Valencia con Joaquín... Han sido muchas decepciones y te alegras por ello. ¡Era yo el que la levantaba!
Toda una vida soñando ese instante.
Como los partidos han pasado tan rápido y al día siguiente estábamos en Zilina, no hemos podido saborearlo del todo. Con el paso del tiempo, seremos más conscientes de la gesta. Con la línea que lleva el club, si no soy yo será otro el que levantará una Copa.
Se vio elevando la copa con Iraola, ¿verdad?
Sí, porque ha estado muchos años aquí y justo cuando se va, pierde la oportunidad de levantarla. Nos habría encantado que estuviera, pero estas cosas no las controlas. Se alegra enormemente por nosotros y parte de esa Supercopa es de él.
Pues imagínese que usted decide no seguir: no se lo habría perdonado nunca.
Me hubiese alegrado muchísimo, porque ahí tengo grandes amigos, chavales que los quiero como si fueran hermanos pequeños; el cuerpo médico y técnico es increíble. Le habría estado dando vueltas toda mi vida.
Cada vez que un chaval tiene una lesión grave se acuerda de su ejemplo.
Lo hago porque me sale, he estado en su situación y toda muestra de cariño y ánimo viene bien. Sé que cada mensaje va a ser importante para ellos, Intento dar lo que recibí.
¿Con qué se queda de toda la fiesta de la celebración?
Con que toda esa gente se lo merece. No nos sentimos más que ellos. Estamos en el Athletic gracias a ellos. La gente, los niños y los mayores que pensaban que ya no lo verían más se merecían levantar este título. Afición y plantilla tienen que estar unidos: eso nos hace ser más fuertes.
¡No soltaba el trofeo!
Me sentía mal. Íbamos al Ayuntamiento y me decían que la bajara yo, y a la Diputación lo mismo. ‘La gente va a pensar que es mía’, les decía. ¡Que no quiero, que la lleve otro’. No me hacían ni caso.
Dani lleva 31 años dando entrevistas. ¡Lo que le espera!
Han sido años duros. Me acuerdo de los años que estuvimos coqueteando con el descenso, cómo salimos de ahí y el club fue hacia arriba. De los siete últimos años, llevamos cinco en Europa, eso te hace pensar que no va a pasar tanto tiempo sin ganar otro título.
Dijo cuando renovó que no estaba preparado para dejar de venir a Lezama. ¿Es tan grande el poder de atracción de estas instalaciones?
El que no ha sido futbolista o no ha estado aquí no es consciente de lo que es esto. Las instalaciones son increíbles y disfruto entrenando. Llevo desde los seis años en un vestuario y no estoy preparado para dejarlo.
Este año igual sí que se lo plantea.
Estamos en septiembre llevamos dos meses, el tiempo y los partidos te marcan. Cuando juego me evalúo.
¿Su despedida ideal sería como la de Iraola?
No lo he pensado. Algo muy tranquilo. He sido un privilegiado de poder estar aquí tanto tiempo, de conocer a grandísimos compañeros y entrenadores, quiero algo sencillo.
Se sacó el carnet de entrenador. Va a seguir vinculado al fútbol, claro.
Veremos, me gustaría estar preparado, formarme, no por ser yo tengo que entrar aquí, sino que haya demostrado cosas y tenga nivel para estar.
Llega Raúl García. Todos en Bilbao dicen que en este vestuario son como malvas... ¡Imagínese para uno que ha estado con Godín, Giménez o Diego Costa!
Lleva pocos días y piensa que es mucho más tiempo. Es uno más. No le va a costar nada integrarse porque somos gente muy sana y este vestuario es una gozada.
Hay muchos que no entienden su fichaje.
Gustar a todo el mundo es imposible. En un club con tantísima gente alrededor... Va a demostrar en el campo el acierto de su fichaje. Me gusta porque tiene mucho carácter, ha vivido situaciones complicadas en el Atlético y las ha solventado.
Ziganda le comparó con usted y Aduriz. ¿Qué tiene Aritz que cada año es mejor?
¡Y que dure! El secreto está en que se cuida, vive para el fútbol, sabe que es muy importante para el equipo y el club y todos disfrutamos muchísimo con su juego y los goles. Es una referencia para todos en el vestuario. Es una gozada ver cómo con los años que tiene sigue con esa intensidad para seguir ganando. Es un gran espejo para los chavales.