Illarramendi: el 18º fichaje fallido de Florentino Pérez en el Madrid
El centrocampista, a un paso de volver a la Real por menos de la mitad de lo que costó (38,9), sigue la estela de Flavio, Woodgate, Cassano Kaká, Sahin y, pronto, Lucas Silva.
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Cuando se cierre de manera oficial, el regreso de Asier Illarramendi a la Real Sociedad su salida supondrá un nuevo fichaje fallido de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid. Más allá de sus errores en la contratación de entrenadores y directores deportivos, ya suma 18 jugadores a los que contrató en sus 11 temporadas en el cargo que han salido estrepitosamente por la puerta de atrás. Siempre teniendo en cuenta, sobre todo, su rendimiento deportivo en relación a las expectativas que crearon su llegada y/o al valor de su venta en relación al coste de su contratación.
De los 63 futbolistas que ha contratado Florentino Pérez por más de 1.000 millones de euros en total sus dos etapas en la presidencia, el 28% han sido un fracaso. Desde Flavio a Lucas Silva (se irá cedido en las próximas horas) pasando por Munitis, Samuel, Woodgate, Owen (duró un año y venía a marcar una época), Gravesen. Cicinho, Diogo, Cassano, Pablo García, Kaká, Pedro León, Canales, Sahin, Altintop y Essien.
Los primeros errores de Florentino Pérez llegaron con su primer año de mandato. En la temporada 2000-01. Fichó a Flavio por 25 millones de euros, un traspaso apalabrado en la época anterior por Lorenzo Sanz, y a Munitis por 13 entre las siete contrataciones que hizo por valor de 125,5 millones de euros. Ninguno cuajó y salieron por la puerta de atrás por un precio mucho menor. Flavio se marchó libre al Galatasaray tras pasar por el Borussia cedido y Munitis, tras ir a préstamo al Racing, se marchó al Deportivo con la carta de libertad.
Tras tres temporadas en las que contrató un galáctico (rentable) por verano, volvió a fallar en la temporada 2004-05. Esta vez de manera notable. Contrató a Samuel (25 millones), Woodgate (20) y Owen (12) en verano con un rendimiento muy por debajo de lo previsto y, ya desesperado, trajo a Gravesen (3,4 millones) en el mercado invernal para intentar reforzar el centro del campo. Se gastó 60 millones esa temporada para nada. Woodgate jugó 893 minutos en dos años por sus continuas lesiones y el presidente sólo pudo sacarle al Middlesbrough 9,6 millones de euros tras cederlo. Samuel fue silbado por el Bernabéu y también fue vendido por menos de lo que costó (el Inter pagó 18 millones). Y Owen, Balón de Oro, no fue el galáctico deseado. Hizo 17 goles en 45 partidos de blanco cuando venía disparado de hacer 19 tantos (dos más) en 37 encuentros (ocho menos) con el Liverpool. Al menos, a este le sacó el doble de dinero con su venta al Newcastle, por lo que su fichaje fue menos doloroso.
La siguiente campaña, la 2005-06, tampoco fue mucho mejor para Florentino a la hora de fichar, ya que a esas alturas ya era una evidencia que en el Madrid fichaba él por encima de cualquier otro experto y que su acierto no era el deseado. Hizo siete contrataciones por 96 millones y entre ellos trajo a Cicinho (8 millones), Diogo (6), Pablo García (4,5) y Cassano (5,5) con un rendimiento insuficiente. El lateral brasileño no cuajó y se fue a la Roma por un poco más de lo que costó. El uruguayo jugó 1.132 minutos (sólo 12 partidos de titular), el Madrid tuvo que cederlo porque la afición y el entrenador no lo querían y finalmente se fue al Zaragoza por algo menos de lo que costó. Con Pablo García, también llegado de Osasuna, pasó casi lo mismo. Se fue a las primeras de cambio porque no convencía y llegó a ser cedido al Celta y Murcia hasta que logró irse con la carta de libertad al PAOK. Lo de Cassano llegó a ser casi una broma para el madridismo. Primero por su evidente sobrepeso y luego porque hasta Capello, su defensor en Italia, le apartó. Sólo hizo cinco goles. Después de ir cedido a la Sampdoria fue vendido a este club por 2,2 millones menos de lo que costó.
Con tanto error en la gestión Florentino Pérez dimitió tras una noche de perros de febrero de 2006 en Mallorca (por el tiempo y el resultado). Y cuando regresó a la presidencia, en la campaña 2009-10, llegó de nuevo con la política de fichar galácticos (255,5 millones de gasto el primer verano), aunque con desigual acierto. Mientras que Cristiano y Benzema han sido un rotundo éxito que aún da réditos al club, Kaká fue la sombra en su inversión. Costó 65 millones de euros, se lesionó demasiado, nunca fue el crack que deslumbró en el Milán y acabó yéndose al Milán libre por la puerta de atrás en 2013.
En la temporada 2010-11, y agobiado por el ascenso del Barça en España y en Europa, Florentino hizo siete fichajes, con un gran acento español por un valor total de 73 millones de euros. Y entre ellos volvió a dar cabida a dos jugadores de los que se esperaba mucho que ni dieron un rendimiento adecuado ni fueron un negocio. Pedro León costó 10 millones de euros, jugó 580 minutos y se fue al Getafe tras una cesión por 6 millones de euros. Canales costó cinco, jugó 523’ y al menos dejó más de 7 millones en caja para irse al Valencia. Después llegaron fichajes fallidos como Sahin, que costó 10 millones de euros y jugó 640 minutos y hubo que cederlo al Liverpool antes de devolverlo al Borussia por casi la mitad. Las llegadas de Altintop y Essien, sendos fracasos en lo deportivo, al menos no dejaron un agujero en las arcas al llegar a préstamo.
Este verano, y a falta de que llegue De Gea (si llega), han sido contratados Kiko Casilla (6 millones), Danilo (31), Kovacic (35), Casemiro, Cheryshev, Marco Asensio y Lucas Vázquez. Aún es pronto para ver si la saga de fichados errados continúa pero, de momento, sólo uno (Danilo) fue titular en el debut de Liga en El Molinón, Asensio ha sido cedido, tanto Cheryshev como Lucas Vázquez se quedaron fuera de la lista ante el Sporting y, lo peor, Bale, llegado el verano pasado por casi 100 millones, sigue muy discutido.
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