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AGUSTÍ BENEDITO

“Si gana Bartomeu o Laporta seguirá la guerra por odio”

Benedito se considera la única alternativa para romper el bipartidismo entre el sector que representa Bartomeu y el que sigue a Laporta. Lo tiene difícil, pero busca una tercera vía.

Agustí Benedito quiere ser la tercera vía en la elecciones.
Quique García

—¿Qué valoración hace de las firmas logradas? ¿Marcan tendencia?

—Sí, denotan que Bartomeu tendrá muchos problemas para ganar las elecciones.

—¿Perdone?

—Rosell hizo casi 14.000 sin estar en el club y Barto tirando de censo, haciendo fichajes, utilizando el club y sus recursos no es capaz de llegar a 9.000. Ha perdido el 40 por ciento de las de Rosell. Cardoner se ha llevado masivamente las firmas. De las peñas, que son unas 5.000.

—¿Qué opina del Fair Play que pidió Bartomeu en enero?

—Lo de Bartomeu es una auténtica falta de respeto nunca vista en el proceso electoral y es impropia en la relación entre socios. Ha actuado en los últimos meses como candidato, no como presidente. Lleva meses hablando en clave electora y ahora que es candidato, actúa como presidente. Es una falta absoluta de respeto.

—¿Es una campaña sucia?

—No lo es en lo que atañe al tema de ataques personales (de momento) pero si que es una campaña fraudulenta por la actuación de la gestora fichando a Arda Turan.

—¿Y no se han planteado con el resto de candidatos hacer un frente común ante esta actuación partidista de la gestora... o es que no se puede hacer porque Freixa es un submarino?

—No. Freixa no es un submarino, seguro. Viendo la cara que puso Bartomeu cuando Freixa pasó las firmas, ya le digo que no es submarino. Si es submarino, es de Laporta.

—Veo que siguen con las diferencias irreconciliables. ¿El Barça se reduce a dos ‘ismos’ (laportismo/cruyffismo vs rosellismo/nuñismo?

—Creo que los ‘ismos’ deben de existir.

—¡Eso es un titular!

—No podría decir lo contrario. Fui promotor de una moción de censura. A mí, los ‘ismos’ me parecen bien, es nuestra forma de ser. Pero en los últimos años hemos pasado una línea peligrosa.

—¿Por qué?

—Si gana Bartomeu o gana Laporta, el bando perdedor no pararía. Diría que casi se odian personalmente.

—Eso es muy fuerte...

—Hágame caso, conozco los actores y sus entornos: la guerra seguirá porque no saben perder. Por tanto, se trata de buscar otra propuesta.

—Y si ganase usted, ¿quién le asegura que los dos ‘ismos’ no irían a por Benedito?

—La guerra es entre ellos es personal y cuando se llega a esta esfera no se traslada a un tercero

—Y en este culebrón, ¿qué pinta Freixa?

—Seguramente, también representa el camino del medio, aunque le recuerdo votando en una asamblea a favor de la acción de responsabilidad.

—¿Bartomeu no va a los debates para que no le recuerden que está imputado?

—Entiendo que estar imputado por fraude y corrupción le incomoda, pero no es por eso que no acude.

—Ilústreme

—No va a los debates porque tiene miedo, porque su gestión es atacable. Él usa sus armas mediáticas para disimular un debate en el que quedaría al descubierto. Quiere tapar sus puntos débiles parapetado en ciertas línea editoriales que tenemos clarísimas. Cuando sale a la intemperie tiene miedo de que el socio vea sus errores.

—Y porque la agresividad dialéctica de Laporta debe asustar, ¿no?

—No, no creo que le afecte. Es más, a lo mejor le va hasta bien que Laporta le ataque de esta manera.

—¿Cómo está viendo a sus adversarios en la campaña?

—A Toni (Freixa) le veo haciendo una campaña muy potente desde la situación de dificultad que comporta marcar distancias.

—¿Laporta?

—Me está decepcionando. Técnicamente, su campaña es mala.

—¿Bartomeu?

—Intenta no hacer campaña.

—Y ahora me dirá que es amigo de los tres...

—Amigo no, pero tengo buena relación con todos.

—¿Usted no era amigo de Laporta?

—Estuvimos muchos años compartiendo oposición a Núñez, pero amistad personal no tuvimos.

—Partió peras con Laporta cuando éste hizo negocios con Uzbekistán. ¿Uzbekistán es comparable a Qatar?

—No son comparables. Uzbekistán es una dictadura, pero Qatar está en otra dimensión. Lo grave del caso de Uzbekistán es que Laporta gracias a ser presidente del Barcelona acaba facturando 10 millones de euros en su despacho de abogados.

—¿Cómo influye el proceso soberanista de Catalunya en la campaña?

—Laporta trata de fidelizar el voto de los socios independentistas, pero mi posición es honesta. Soy independentista catalán desde siempre, pero intento presidir el Barça, no la Generalitat.

—¿Y cuál es su punto de vista entonces?

—Son unas elecciones deportivas, no políticas. Si convertimos al Barça en un actor político lo estaremos matando.

—¿Estuvo en la final de Copa?

—Sí

—¿Silbó el Himno?

—No. Respeto absolutamente que todo el campo silbara. Faltaría más. No coincido con Cruyff en eso de que el que silba le falta un tornillo. Pacíficamente, cualquier persona puede manifestarse.

—Pero...

—Pero cuidado, cuando silbas el himno de otro país haces mucho daño a otras personas, ofendes a la gente. Tienen libertad para silbar, pero que sepan que ofenden.

—¿Cómo deben de ser las relaciones entre Barça y el Real Madrid?

—Han de ser protocolariamente excelentes, siempre que no se den las circunstancias que lo impidan.

—¿Se han dado?

—Sí, el ataque instigado por parte del señor Pérez con la denuncia de dóping era razón absoluta para romper relaciones. Hay ataques que no se pueden permitir.

—¿Fue blando el Barça?

—Se tenían que haber roto relaciones. No se me ocurre un ataque más duro.

—Curiosidad: ¿sabe por qué se fue Rosell?

—Creo que sí.

—¿Me lo explica?

—Él decidió no decirlo y no seré yo quien lo diga.

—¿Ya ha asumido lo de Arda?

—Una decisión electoralista fomentada por un candidato que no es presidente que necesita la complicidad de la junta.