SEVILLA
Monchi, desatado: el lunes tendrá ya la plantilla muy moldeada
Ayer fichó a Escudero, tras Rami y Konoplyanka. Trata de cerrar ya un pivote (Nzonzi) y también uno o dos atacantes que sustituyan a Bacca.
Unai Emery se puso ayer manos a la obra y utilizó su blog para saludar a los nuevos y, de paso, felicitar merecidamente a la dirección deportiva de Monchi, que en unas horas le ha pegado el arreón a una planificación sevillista que el lunes pasado, cuando Bacca casi anunciaba su partida a Milán, parecía torcida antes de tiempo. Ya habían desembarcado hace unos días el polivalente Krohn-Dehli y el rápido Gael Kakuta y en apenas 48 horas, de manera frenética, han llegado el central Adil Rami, el extremo Konoplyanka y ayer, como se venía negociando, el lateral zurdo getafense Sergio Escudero.
A falta de un futbolista que sustituya a Mbia, uno (o dos) delanteros y de saber si hay que fichar un lateral diestro porque se marche el portugués Diogo, la plantilla sevillista parece prácticamente cerrada sin que el balón haya regresado para rodar en la Ciudad Deportiva blanquirroja. Sin conocer todavía el sustituto o sustitutos de Bacca, muchos sevillistas se preguntan con lógica: ¿Será la plantilla del año que viene incluso mejor que la del pasado?
Por Nzonzi, el preferido para el mediocentro defensivo, se negocia a marchas forzadas con su club, el Stoke City, para intentar tenerle aquí el mismo lunes. No será fácil porque los ingleses piden ocho millones de euros, pero la voluntad del francés puede ser primordial: le atrae mucho el proyecto del Sevilla. En la recámara hay algunos nombres como el de otro pivote que militó en la Premier la campaña pasada (el Queens Park Rangers descendió a Segunda), Leroy Fer.
“Todavía sonrío cuando veo el equipo que tengo en la cabeza”, afirmó Monchi recién estallado el affaire Bacca, y puede que en ese gran equipo entre el delantero franco-marroqui Wissam Ben Yedder, aunque el Toulouse no lo pondrá nada fácil para su fichaje y pide más de 10 millones de euros, igual que ocurre con el italiano Immobile, del Borussia Dortmund. Ni Bacca, ni Banega ni Krychowiak, que arribó empezado agosto, estaban con Emery a estas alturas de la campaña pasada. La pinta del proyecto sevillista, con la ilusionante Champions en el horizonte, parece mejor que nunca.