VICKY LOSADA
“He visto a jugadoras irse del entrenamiento llorando”
Marcó el primer gol de España en un Mundial y también falló en el empate de Corea. Quereda se lo recriminó. “Es el grito de las 23 en nombre de jugadoras que han sufrido”.
—Han confesado que alzar la voz en su reivindicación para pedir la marcha del seleccionador, Ignacio Quereda, les puede traer consecuencias. ¿Qué les ha llevado entonces a tomar una decisión, según reconocen, con tanto riesgo?
—Somos 23, pero esto viene de lejos. Yo sólo llevo cinco en la Absoluta, pero creo que al final es un grito que damos las 23 en nombre de muchísimas jugadoras que han estado sufriendo durante muchísimos años. Tras hacer hincapié en que hacemos autocrítica, porque lo podríamos haber hecho mejor en lo personal, también nos vamos del Mundial con una gran decepción por no haber conseguido los objetivos. Al final, a nosotras esa sensación nos movió a hacer balance de todo y a difundir esa carta abierta. Hay gente que también tendría que recapacitar y pensar si realmente se han hecho las cosas bien o no. Ahora nos vemos fuertes para reclamar nuestros derechos y la profesionalidad del fútbol femenino.
—¿A qué derechos se refiere?
—Al final estamos comprometidas con este deporte. Queremos que se nos tome como profesionales, empezando por tener entrenamientos exigentes, tener unas condiciones adecuadas... y son cosas que nos han faltado desde hace tiempo y lo hemos venido avisando. Las capitanas han hablado con el cuerpo técnico todos estos meses y al final hemos visto que no ha habido ningún cambio. Ahora ha llegado un punto en que la situación era insostenible.
—Les acusan de haber montado una especie de motín.
—Es cierto que quizás ésta no era la manera que todas hubiésemos elegido, pero llevábamos mucho tiempo hablando con el seleccionador, Ignacio Quereda, sin recibir respuestas. No tenemos otra persona a quien acudir y nos hemos visto en la situación límite de unirnos y reclamar lo que venimos pidiendo durante años, lo que venimos sufriendo y lo que queremos que mejore.
—Sufrimiento, situación límite, ¿a qué se refiere?
—Es impensable que la gente se vaya del entrenamiento llorando. Yo he visto a jugadoras irse del entrenamiento llorando y sólo llevo cuatro años. No quiero entrar en detalles, pero al final eran un cúmulo de cosas que a algunas jugadoras les creaban un estrés psicológico que les llevaba a no poder aguantar más. También ha habido jugadoras que han peleado por el fútbol femenino y que la única respuesta por reclamar una mejora en lo deportivo y en el trato es que han acabado dejando de ir a la Selección. Y no merecemos esto.
—Tras el partido ante Corea del Sur en el que caen eliminadas se le ve a Quereda que se acerca a usted y le dice algo, ¿qué le dijo el seleccionador?
—Estaba muy afectada porque tenía una ilusión tremenda por llegar lejos en este Mundial. Estaba en el banquillo viendo a mis compañeras destrozadas y yo estaba repitiéndome ‘No puede ser, no puede ser, no puede ser’. Y él vino y me dijo: ‘Sí, sí que puede ser porque estamos en lo de siempre, en lo que os vengo comentando muchísimos años atrás. No puede ser que por chorradas como éstas nos quedemos fuera de competiciones, como nos ha pasado muchas veces. Una jugadora como tú, siendo fuerte y peleona, no puede hacer esto”. Me echó en cara que debía haber cometido una falta porque ese fallo me cuesta un gol. Me quedé muy mal, pero enseguida me apoyaron mis compañeras y eso es lo importante. Me dolió porque me señaló.
—¿Hasta dónde están dispuestas a llegar?
—Estamos esperando una respuesta de Villar y a la espera de una conversación para llegar a un acuerdo. Estamos exigiendo algo que no hemos tenido este tiempo con Quereda, consenso y llegar a un acuerdo para que todo vaya mejor.