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ESPANYOL

La otra vida de Cornellà

El estadio del Espanyol acoge más de 40 eventos medianos o grandes al año, que suponen un promedio de 300.000 euros. Los Testigos de Jehová congregarán a 90.000 personas.

Actualizado a
Unas instalaciones multiusos. El Espanyol conjuga desde hace seis años el fútbol con todo tipo de eventos, para sacar partido a su estadio en propiedad.
CARLOS MIRA

Cuando el Espanyol transitaba por esa denominada ‘travesía por el desierto’ que se achacaba al paso por el alquiler de Montjuïc, su entonces presidente, Dani Sánchez Llibre, lamentó con una frase muy gráfica que allí el club no podía “ni vender un frankfurt”. Una situación que cambiaría radicalmente con la inauguración, en 2009, de un estadio en propiedad: Cornellà-El Prat. Y, pese a la pesada mochila que comporta el pago de las instalaciones, su rendimiento extradeportivo sí supone unos ingresos adicionales y una proyección internacional que no existía hasta 2009.

El Tour por el estadio contará con novedades tecnológicas

A mediados de verano se presentará el nuevo Tour por el estadio, en el que los visitantes podrán ver las puertas asignadas a los jugadores, una muestra de camisetas de la historia del club, el salón de los internacionales e incluso trofeos. Pero el club, además, apuesta fuerte por la presencia de novedades tecnológicas en la visita por Cornellà.

Desde su estreno, hace ahora seis años, Cornellà-El Prat se ha convertido en una referencia como escenario del denominado sector MICE (Meetings, Incentives, Conferencing, Exhibitions), al acoger todo tipo de eventos durante el año, cuando el balón no rueda sobre el césped. “Es clave poder compaginarlo todo con el fútbol, la regeneración del césped y la propia limpieza del estadio”, cuentan a AS desde el club. El estadio está abierto a todo tipo de iniciativas, ya sean para dos personas o para 40.000, el límite de aforo siempre y cuando no surja la organización de un concierto.

Sin ir más lejos, los Testigos de Jehová organizarán estos dos próximos fines de semana sendas asambleas, y no es la primera vez, en las que moverán a unas 90.000 personas al estadio del Espanyol. Harían falta unos cuantos partidos para alcanzar tal cifra. Otro ejemplo muy reciente es el de la cena de gala de la fundación Invest for Children, que trasladó a Cornellà a 1.100 comensales el pasado 11 de junio. “La gran diferencia respecto a otros recintos similares, además del aforo, es que el Espanyol no se convierte solo en el arrendatario de las instalaciones”, apuntan, “sino que además pone a disposición del cliente a todo el equipo humano del club y toda la estructura técnica. Y eso garantiza un rendimiento óptimo”.

Presentaciones de productos, otras cenas de gala y torneos como la Danone Nations Cup son habituales en Cornellà. Pero también, y al mismo nivel, lo son los rodajes de anuncios. Marcas deportivas y de cerveza han elegido el estadio como sede para sus spots promocionales en vistas a la Eurocopa del año próximo, como ya sucedió antes del Mundial de 2014 en Brasil.

No en vano, solo durante el año pasado Cornellà-El Prat acogió 38 eventos medianos o grandes, y hace tres temporadas se alcanzó el medio centenar. El promedio se sitúa entre los 40 y 50 anuales.Con todo, y sin contar la imagen que todos esos eventos proyectan del Espanyol, el club ingresa una media de 300.000 euros anuales por dicha partida. Una cifra que se pretende seguir consolidando en el futuro y que tuvo sus picos en 2010 (370.000 euros, lo que desde la entidad achacan a la novedad del estadio) y el curso pasado, con 360.000 euros, precisamente por la cantidad de rodajes de spots previos al Mundial.

Acceso abierto. Pero desde el club no quieren olvidar a sus propios estamentos, y es por eso que también tratan de acercar el estadio a quienes durante toda la temporada trabajan en la Ciudad Deportiva, de ahí el ahínco de presentar en Cornellà al fútbol base o de disputar allí la fiesta final de la Escola de Futbol. Y también las cenas con los patrocinadores.

Es la otra vida de Cornellà, la del estadio como gran escenario multiusos cuando el balón se guarda en la caseta.