El Valladolid llegará vivo a Las Palmas pese a acabar con nueve
Araujo adelantó a los canarios (9') y empató en el minuto 24 Hernán Pérez. La lluvia caída propició mucha intensidad y duras entradas.
El Real Valladolid y Las Palmas deberán decidir la eliminatoria el sábado en el estadio de Gran Canaria al empatar a uno en el partido de ida. Un encuentro muy físico, jugado de poder a poder en la primera parte y muy equilibrado en la segunda. La ventaja mínima es de Las Palmas por el valor doble de los goles en campo contrario, pero moralmente los pucelanos salieron reforzados ya que jugaron los 10 últimos minutos del encuentro, más los cuatro de añadido, con dos jugadores menos.
Como se intuía, el Real Valladolid salió con un trivote con la intención de ganar la batalla del centro de un campo muy castigado por la insistente lluvia que cayó en la ciudad del Pisuerga desde el martes a mediodía. Por eso, también extrañó ver a Valerón, 39 años, en la alineación canaria. Todo tenía su explicación y es que el veterano jugador tomó el mando de las operaciones amarillas con una única intención: poner balones a Araujo a la espalda de los centrales blanquivioletas. Así vino el gol canario. Las Palmas dominaba, tenía el balón, se adaptaba mejor al terreno de juego y David Simón metió un balón a la espalda de Samuel que controló con el pecho el argentino, encaró a Varas y le batió con facilidad.
Tuvo más suerte que Roque Mesa, que no acertó con la portería local en otro mano a mano con Varas anteriormente. Lejos de conformarse, los de Herrera dominaron claramente el juego, creando ocasiones y peligro. Pudieron sentenciar. El Valladolid no aparecía y los nervios se hacían presentes en los locales. Los de Rubi no eran capaces de dominar ni llegar a la portería contraria, sin embargo, de un chispazo, el partido cambió. Hernán Pérez, en la jugada más larga de los pucelanos hasta ese momento, se hizo hueco en la frontal y soltó un latigazo que sorprendió a Lizoain. El empate tuvo un efecto revitalizador para los locales que hicieron 20 minutos sensacionales, llegando fácil a la portería contraria y merecieron irse en ventaja a hombros de Hernán Pérez que, cada vez que enfrentó a Ángel, salió victorioso y creó mucho peligro.
En la segunda parte el partido se igualó. Herrera dejó en la caseta a Valerón y metió el músculo de Hernán para igualar las fuerzas. El resultado fue que el partido se cerró. Sólo las arrancadas de Mojica, que salió en la segunda parte, dieron sensación de peligro porque el agua hizo muy difícil un juego más combinativo.
El encuentro se hizo más pesado hasta que llegó un carrusel de emociones, lejos de los goles. Timor no acertó a remachar un centro de Mojica, mientras que el central canario Aythami, sorprendentemente, estuvo a punto de marcar en un contragolpe. Entonces llegaron dos expulsiones de jugadores del Valladolid. Chica hizo una entrada dura, ayudado por el resbaladizo estado del césped sobre Culio y vio la segunda amarilla. Era el minuto 75. Cinco más tarde también Timor vio la segunda tarjeta en una entrada similar.
El Valladolid luchaba por mantener el empate a uno y Las Palmas no terminaba de decidirse a buscar la victoria. El gatillo fácil de Arias López no lo fue tanto en una jugada en la que Peña agarró a David Simón y éste se revolvió y dio un puñetazo en la cara al lateral blanquivioleta. Lo solventó el trencilla con una amarilla para cada jugador. Eso terminó de encender los ánimos. El Valladolid no se arredraba y pudo marcar en un contragolpe en el que Roger, que reclamó anteriormente un penalti, le puso el balón a Mojica y éste estrelló su disparo en uno de los centrales canarios. Araujo también disparó desde lejos y el balón rozó el palo, pero las últimas ocasiones fueron del Valladolid. Hasta tres faltas en el centro del campo puso Omar para buscar el remate de un compañero que, al final, no llegó con lo que el partido acabó en tablas. Con los locales, con ventaja moral, y con los visitantes con ventaja por el valor doble de los goles.