Partido del adiós en el Bernabéu
Casillas y Ancelotti pueden despedirse hoy del Real Madrid. Paradoja: durará más el himno de la Décima que el propio entrenador. Se espera que Odegaard debute oficialmente.
El partido que no debería servir para nada se convertirá en único si Iker Casillas, como parece, se presenta en el Bernabéu por última vez (sigue el encuentro en directo en AS.com). Esa incertidumbre es la enésima prueba del pésimo trato del Real Madrid hacia su capitán, al que se le empuja fuera del club al tiempo que se le dice ‘quédate si quieres’. Hoy no habrá homenaje, ni despedida como la de Gerrard, o como la que tendrá Xavi. Lo más triste, en comparación con otras aficiones, es que hay seguidores a los que todo esto les importa bien poco. Son los mismos que hoy sentirán la tentación de pitar a Casillas si comete un error o cuarto y mitad.
Más seguro resulta que hoy será el último partido de Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid. Al final, durará más el himno de la Décima que el entrenador que la consiguió. No debía ser un título tan deseado si un año después el club decide empezar de cero. La conclusión es que no hay memoria larga ni memoria corta. Florentino Pérez se cansa de los entrenadores con la misma rapidez que los niños ricos se cansan de los juguetes nuevos.
El pecado de Ancelotti no ha sido terminar la temporada sin Champions, Liga o Copa. Su pecado es que ha dejado en evidencia el proyecto presidencial y su empeño por fichar futbolistas que no pueden jugar juntos por la sencilla razón de que no caben. Al mismo entrenador al que se le reprocha el desgaste físico del once titular, se le entregaron futbolistas que no admiten ni banquillo ni competencia.
El previsible debut de Odegaard se conecta con lo anterior. El chico llegó al Madrid con unos privilegios contractuales que parecen incluir su estreno en el primer equipo, pues de otro modo, y después de su rendimiento en el Castilla, no se comprende su presencia hoy. Lo de menos es si en el equipo hay sitio o si tiene jugadores por delante; el muchacho se saltará la cola. Sucede con los juguetes nuevos.
El Getafe asistirá perplejo y sin tensión al espectáculo que se prepara esta tarde. No se descarta que algún visitante se emocione y suelte una lagrimilla. El Real Madrid actual se entiende mejor desde fuera que desde dentro.