ESPANYOL
La cantera vive, con siete Ligas, el mejor curso de su historia
El Espanyol, que hace dos años no ganó ni un título, ha recobrado la hegemonía catalana pese a contar con apenas una quinta parte del presupuesto del Barcelona.
La reconstrucción del fútbol base del Espanyol ha culminado con una celeridad que ya quisieran los descendientes de Antoni Gaudí para la Sagrada Familia. Hace solo dos año y fruto de los vaivenes en los mandos, ningún equipo se proclamó campeón de Liga. Y en solo 24 meses se ha pasado del récord negativo al mejor balance de la historia: siete títulos de 12 posibles.
El más madrugador, pues ni siquiera había acabado el mes de marzo cuando se proclamó campeón, fue el Juvenil A, estandarte durante años de la prolífica cantera, que vuelve a serlo de nuevo con registros como haber sido el conjunto perico menos goleado de siempre, solo diez goles en contra en 30 jornadas, amén de finalista en la reciente Copa de Campeones. Y siguen en la Copa del Rey.
Pero es solo la punta del iceberg, ya que los títulos de Liga han ido cayendo como hojas en otoño. En semanas consecutivas, desde abril y hasta el pasado sábado, se fueron adjudicando sus campeonatos, cronológicamente, Cadete B, Alevín A, Infantil A, Benjamín B, Benjamín A y Juvenil B, quienes además de sus lógicas celebraciones contaron con un añadido momento de gloria: las vueltas de honor en Cornellà en el descanso de partidos del primer equipo.
Lo tremendo del caso es que, con apenas una quinta parte del presupuesto con el que cuenta el fútbol base del Barcelona, el Espanyol se ha convertido en absoluto dominador catalán. Hasta en cinco de las categorías campeonas tenía a los azulgrana como rival. Un éxito de las políticas de Jordi Lardín, Ángel Morales y de todo el organigrama de Sant Adrià.
Y la sublimación de la obra se podría extender a los premios Fútbol Draft, que esta semana han proclamado a Rubén Duarte como mejor lateral zurdo joven y a Pau López como tercer mejor portero.