Luis Enrique teme más a la euforia que a los rojiblancos
El asturiano trabaja con el psicólogo para frenar el optimismo culé. Ya lo dijo Piqué ayer: “Hay que tener los pies en el suelo, falta lo más difícil".
Nada que ver el ambiente que se respiraba en Barcelona hace cuatro meses con el actual. Donde el entorno del equipo blaugrana imaginaba una temporada nefasta tras caer en el primer encuentro del año en Anoeta, ahora ve que está a tres partidos de ganar el triplete. Si mañana vence al Atlético en el Calderón, la Liga será suya; si ganan al Athletic en la final de Copa en el Camp Nou ganarán la Copa y les queda pendiente la cita ante la Juve en Berlín. Ante este panorama, la euforia se ha desatado en el entorno culé y Luis Enrique quiere aislar al equipo de este estado de ánimo.
El técnico asturiano, junto al psicólogo Joaquín Valdés que le acompaña desde sus tiempos en la Roma, está trabajando estos días para que los jugadores del equipo blaugrana se tomen cada partido que les queda hasta final de temporada como una final. Esa receta ha funcionado a la perfección desde que el Barça cayó en Anoeta; en 48 horas Bartomeu despidió a Zubizarreta, dimitió Puyol de su cargo en la dirección deportiva y Messi pasó de ir a entrenarse.
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Las cosas han vuelto a su cauce normal en base a un cambio de actitud del entrenador y a un compromiso descomunal de Leo Messi, que ha arrastrado consigo a los principales pesos pesados del vestuario azulgrana.
Ahora, cuando parece que la gloria se encuentra a un palmo, la tarea de Luis Enrique es frenar a sus jugadores. Ya lo dijo Piqué ayer: “Hay que tener los pies en el suelo, falta lo más difícil y parece que ya hemos ganado el triplete”.
