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EUROPEO SUb-17

Fútbol y clases: La Rojita no olvida los libros en el Europeo

Santomé: “Si no llego a futbolista, me gustaría estudiar una ingeniería”. Agradable ambiente: disponen de dos confortables salas de estudio para concentrarse.

Bulgaria
Los chicos de la Sub-17 compaginan fútbol y estudios.

El balón y los libros se unen estos días en Bulgaria. Los futbolistas de La Rojita tienen en este Europeo una gran oportunidad para darse a conocer y crecer como futbolistas, pero no olvidan que cuando regresen a sus ciudades sus vidas seguirán donde las dejaron. Y ese lugar es el colegio. Con 16 y 17 años, la mayoría de los internacionales acaban de comenzar bachillerato, una etapa que suele marcar un antes y un después en la vida de los estudiantes, pues al finalizarla los que quieran seguir estudiando deberán escoger una carrera.

Pero la cuestión no termina ahí. Por lo general, en futbolistas de estas edades, se suele pensar qué será de ellos si dejan los libros de lado y no llegan a profesionales. José Almendros, el profesor desplazado hasta Bulgaria para ayudarles en las sesiones de estudio, prefiere desmontar esta teoría. “Siempre se enfoca desde el punto de vista de qué pasa si falla el fútbol, pero a mí también me gusta traer a la mesa el otro planteamiento, el de qué pasa si triunfan. Si triunfan van a ser personas que tendrán repercusión en los jóvenes del mañana. Está bien que tengan una educación para defenderse de lo que les espera y también para proyectar que en nuestro país existe un empaque educativo dentro de nuestros futbolistas”, asegura el profesor.

Ayuda. La tarea de José es la de resolver las dudas que les vayan surgiendo. “Ellos traen sus trabajos que tienen que entregar para compensar el tiempo de ausencia y tienen exámenes cuando vuelvan. Arreglamos las aulas para que fueran un lugar agradable de estudio y yo lo que hago es servirles de apoyo, porque cada uno viene de un lugar y colegio distinto. La primera idea era ayudarles con asignaturas como matemáticas y física, pero también les estoy apoyando con inglés, lengua o biología”, afirma.

Fútbol y clases no están reñidas en este Europeo de Bulgaria. Los jugadores dedican dos horas al estudio y, a pesar de estar concentrados en el torneo, son aplicados. “Si no llego a futbolista me gustaría estudiar alguna ingeniería”, asegura Santomé, portero titular de La Rojita. Confiamos en que dentro de unos años la portería de la Selección la defienda un ingeniero llamado Alejandro Santomé.