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MALLORCA 1- BETIS 2

Medio ascenso pese a Asensio

Dos goles más de Rubén y Molina le dan la victoria en Mallorca a un Betis que mantiene la distancia. La perla bermellona volvió a dar una exhibición.

Asensio, esta mañana.
Asensio, esta mañana.MIQUEL BORRASDIARIO AS

En una jornada nada propicia para sus intereses, el Betis amarró ganó y amarró en Mallorca un buen pedazo de ascenso pues logró mantener la ventaja sobre sus perseguidores gracias a dos goles de los de siempre, Rubén y Molina. Ocurrió en otra exhibición de ese extremo fantástico, cada día más, llamado Marco Asensio, que ha fichado el Real Madrid dicen que para cederle. Al ritmo que va, igual se lo queda el club blanco el año que viene.

Entre la clásica torrija que suele acusar en los inicios y las ganas de Asensio, al Betis le costó entrar en el partido. Lo hizo, como casi siempre, a golpe goleador del mejor futbolista que todavía hay en Segunda, por poco tiempo esperan los verdiblancos. Entre tanto regate galáctico de Marco, al que no acompañaba casi nadie, Rubén pegó dos recortes para hacer el primer gol (0-1, 16’) y le dio el segundo a su inseparable Jorge Molina (0-2, 32’). 26 ( a uno de su récord) lleva el canario y 16 el alcoyano, 42 suman este año ya en Liga.

Decía algún espectador aún somnoliento que la única manera de meter al Mallorca en el partido era que el Betis se hiciera un gol en propia puerta y casi. Jordi Figueras actuó de enemigo y le robó un despeje a Adán. El resto lo hilvanaron Xisco y el asistente de Sánchez Martínez, quien no debió advertir que el delantero estaba en clarísimo fuera de juego: no había nadie entre él y la meta. Así que remató (1-2, 37’). Con el Mallorca animado, intentando achuchar algo más se llegó al descanso.

Al volver del vestuario era difícil adivinar quién ganaba y quién necesitaba marcar. Asensio ganaba algún balón parado y Rubén lo intentaba de todas las maneras, una vez de vaselina que obligó a Cabrero a estrellarse contra el poste. El que más parecía irle en la siesta era al árbitro, de equivocación en equivocación, de pelea en pelea con el público, con los futbolistas, con el banquillo bermellón. Ya mismo está en Primera este Sánchez Martínez.

Pudo marcar el Mallorca, claro. Lo mereció, de tanto insistir ¿se imaginan? Asensio, que largó un chutazo al larguero para despertar al personal del letargo cuando se enfilaba la recta final de un partido que no pasará a los anales del fútbol, pero quizá sí a la historia de un Betis que en la Isla certificó un buen porcentaje de su probable ascenso.