Lopo mantiene la fe del Depor y aleja de Europa al Athletic

Un salvador cabezazo de Lopo en la última jugada, no acertado a desviar por Herrerín, da la vida al Deportivo. Hizo justicia a su esfuerzo ante un Athletic que se durmió en los laureles y se complica su acceso a Europa. El central mandó un guiño de salvación a su entregada afición y de paso mete a su querido Espanyol en la pelea por la séptima plaza.

Fue un empate que premió la fe de un equipo que se veía camino de la Liga Adelante y ahora se insufla una moral tremenda. Los coruñeses lo tenían todo en contra, ya que en la última jornada visitan el Camp Nou. Ahora tienen una final en Riazor que les puede mantener en Primera a nada que les acompañen los resultados. Un gol de oro con mayúsculas.

El Athletic salió muy decidido a por la victoria, apretado como estaba por el triunfo del Espanyol en Eibar. Después de dos ocasiones claras de Rico, que hizo daño en el arranque tirado a la derecha, llegó un gol de exposición a balón parado. Beñat colgó una falta hacia Laporte, que tocó de cabeza para que Aduriz pegase otro brinco de los suyos e incrustara la dejada en las mallas. Su séptimo partido seguido marcando en casa. Un ariete tremendo. Llegó en una acción de pizarra muy repetida por Valverde en esta campaña, sin suerte hasta anoche. Quizás al recién llegado Víctor le pilló con la libreta sin abrir.

El Depor se quitó el miedo del cuerpo y empezó a tratar la pelota con criterio gracias al intencionado Lucas Pérez. Luisinho no hizo el 1-1 por centímetros tras un recorte genial y disparo cruzado con su pierna mala. Y marcó el empate en el minuto 41 en una acción a balón parado similar a la que encajó, pero Gil Manzano lo anuló por supuesta falta de Alex Bergantiños a Rico que no fue tal. El Athletic está últimamente de dulce con las decisiones arbitrales. Imagínense el dolor que provocó la acción en la animosa hinchada deportivista.

El Deportivo se la jugó a imponer un ritmo frenético que el Athletic no supo detener. El cambio de Beñat por Unai López empeoró las cosas por su blandura. Fabricio mantuvo en pie a su equipo con una mano salvadora a Aduriz que murió en el larguero y, de repente, a Herrerín le entró el tembleque. San José le salvó del primer fallo con Hélder Postiga cerca. Con todo el Depor en su área, vio a Lopo y se asustó.