ESPANYOL
Juanjo: “Más vale un 0-0 que una patada en la entrepierna”
El extécnico perico recuerda uno de los tres únicos precedentes entre Espanyol y Eibar en Ipurua, en el que pronunció esta mítica frase.
La primera vez que el Espanyol visitó Ipurua fue el 14 de enero de 1990, en el último partido de la primera vuelta de la Segunda División, con el recién estrenado Juanjo Díaz como entrenador. Luego, la historia le hizo visitar en dos ocasiones más aquel vetusto pero entrañable campo (2-2 en Copa en la edición 1991-92 y 0-1 en la Liga en la campaña 1993-94 también en Segunda) en el que no ha perdido en partido oficial. De aquel encuentro en cuestión, un choque gris, duro, en el que ambos equipos jugaron con muchas precauciones —según los protagonistas— destaca una de las frases míticas del técnico que luego fue uno de los responsables de la Ciudad Deportiva perica hasta su jubilación hace poco más de tres años. “Más vale un 0-0 que una patada en la entrepierna”.
Y así finalizó aquel encuentro, con un resultado que ya le iba bien al Espanyol, como relata Díaz. “El empate fuera de casa siempre es positivo. Siempre lo he dicho y lo mantengo”, comenta, incluso lo firmaría esta noche, porque para Juanjo la temporada perica ya es de nota. “La temporada está siendo muy buena, no podemos ahora exigir que se metan en Europa. No sé si un punto les servirá para ese objetivo, y ojalá ganemos, claro”.
Han transcurrido 25 años de aquella tarde, pero para Díaz los tiempos no han cambiado tanto, como Ipurua. “Es un campo que te condiciona. Es pequeño, hay pocos espacios, y ellos siempre platean los partidos de forma agresiva, no dando un balón por perdido, apretando con su gente hasta el final. No es fácil puntuar allí”, explica, conocedor de la Liga porque dice estar enganchado a la actualidad perica y del campeonato.
La vuelta. Quienes sí deben recordar con cariño la el último choque de Liga, que midió a ambos equipos pero en Sarrià, fue el Eibar. El Espanyol quería al Málaga y no al Tenerife en la promoción de ascenso. Para ello necesitaba no ganar. El Eibar tenía que sumar los dos puntos —era lo que valía la victoria por aquel entonces— para salvarse. Pues finalmente, el equipo de Díaz, plagado de suplentes, perdió 2-3 y todos acabaron contentos. 25 años después ambos se cruzan en Primera: el Eibar lucha por no bajar pero, en esta ocasión, el Espanyol sí que tiene un objetivo por el que solo vale la victoria: Europa.