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ALAVÉS 1 - BETIS 2

Rubén y Jorge, sociedad ilimitada

Dos goles de la pareja de atacantes dejan al Betis al borde del ascenso. El Alavés puso mucho fútbol y la mayoría de ocasiones, pero poca puntería.

ALAVÉS 1 - BETIS 2
ALAVÉS 1 - BETIS 2PAULINO ORIBEDIARIO AS
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Área técnica, área rival y área propia. En las tres alcanzará el Betis El Dorado de la Primera División, porque tiene al mejor entrenador posible (Pepe Mel, que suma por primera vez cinco victorias consecutivas en Heliópolis), al mejor portero de la categoría (Adán) y, por supuesto (qué es el gol sino casi todo) a la pareja de delanteros más rentable en sus casi 108 años de historia: Rubén Castro y Jorge Molina, capaces de producir dos goles oficiales más para sumar, entre ambos, 178 como futbolistas verdiblancos.

Y 38 en Liga esta temporada. No ha estado bien físicamente durante la semana la perla Ceballos y Mel corrió el riesgo de dejarle en el banco. Sin Ceballos no tiene ningún control el equipo verdiblanco, incapaces N'Diaye y Xavi Torres de una circulación de elite. Así, el Betis lo fiaba a la inspiración atrás de Adán y a la que tiene habitualmente su dupla atacante de oro, bucle en Heliópolis. En el 15’, Rubén se inventó un pase interior con el exterior y Jorge definió al primer palo en el único disparo peligroso del Betis durante toda la primera mitad. Efectividad máxima.

Una primera mitad en la que el visitante puso el gol y el Alavés, el resto del buen fútbol. Se comían los babazorros al Betis. Qué animoso y bonito de ver es el equipo vitoriano, atrevido en la presión y rápido como pocos por las alas, con Toti a la carrera y el exbético Juanma y Lanzarote en los buenos pases. Sólo le falta puntería, al menos ayer no era el día de Manu Barreiro, ahogado entre su incapacidad para rematar a los tres palos o alguna mano salvadora de Adán que sirvió para sostener el 0-1 hasta el descanso.

Sólo cambió algo la decoración cuando Mel sacó a Ceballos, bien entrada la segunda parte. Al menos, el Betis logró entonces amenazar con el segundo hasta que lo logró: primero con un balonazo de Molina a la cruceta; después, con un chutazo de Rubén pegado al palo. Y finalmente, en una falta directa que el delantero canario metió con inteligencia y algo de ayuda de Goitia, torpe en la estirada (0-2, 80').

El Alavés no dejaba (ni dejó) de asustar con internadas peligrosas que casi nunca tenían remate. La más clara casi la mete en propia puerta Casado. La menos, quizá, la convirtió el lateral izquierdo en una falta peligrosa que sacó rápido el equipo babazorro y acabó embocando Toti, premio el gol a su magnífico partido. Pudieron (y merecieron) empatar los locales en los tres mejores remates de Manu Barreiro, uno al larguero, el segundo (que iba dentro) con paradón de Adán y el tercero en una acrobática media chilena que se fue por poco cuando ya se acercaba el pitido el final. No era el día del punta alavesista y sí, como casi siempre, en de los dos delanteros que van a subir al Betis por segunda vez, a pesar de tanto sufrimiento.