El Málaga medirá esta tarde las energías que tiene el Madrid

Más madera. Cuatro días después de la batalla del Calderón, el Real Madrid se enfrenta al Málaga (sigue el partido en AS.com), séptimo clasificado (a cinco de Europa) y vencedor en el Camp Nou hace dos meses. Cuando el equipo de Ancelotti salte al campo ya conocerá el resultado del Barça contra el Valencia y, por si siente curiosidad, el del Atlético en Riazor. La acumulación de información no modificará los planes. Llegados a esta frontera, el objetivo no es sólo ganar, sino que parezca fácil. Puntos y moral, eso hay en juego.

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La distracción es, como casi siempre, el primer peligro que debe afrontar Madrid. No perderse en los partidos anteriores y no dar por buena toda la estadística que señala al Málaga como un rival cómodo: cuatro partidos sin vencer (dos empates y dos derrotas), ninguna victoria en el Bernabéu en 33 visitas… En este caso, los números son un bote de humo. Ese Málaga que disimula es el mismo que viene de empatar contra el Atlético en La Rosaleda, la revelación del campeonato si observamos la clasificación de cintura para arriba.

No es casualidad que Gracia haya programado entrenamientos a puerta cerrada, a salvo de los ojos indiscretos. Para un equipo como el suyo, con el curso aprobado (y con nota), la matrícula de honor se consigue en los grandes estadios. Que nadie se sorprenda del fervor visitante; para el Málaga, la Champions se juega hoy.

En el Madrid no habrá las rotaciones que aconseja la prudencia. Benzema se lo pierde por precaución y sin él Ancelotti baraja dos opciones: Isco o Chicharito. Ni siquiera Coentrao (presunto titular en Champions) tendrá minutos, o así se deduce de las declaraciones del técnico. No queda claro si el entrenador está enfadado con el portugués o prefiere no interrumpir su viaje astral hasta la previa del derbi.

El Málaga jugará sin mariscal: Weligton se lo pierde al sumar contra el Atleti su décima tarjeta. No faltará Samu Castillejo (un gol y cinco asistencias), ni el otro Samu (cinco goles), ni el internacional Juanmi (siete), ni tampoco el inagotable Amrabat (cinco tantos y tres asistencias). Gente que corre mucho, ya lo aviso.