Revancha sin Aritz Aduriz

Los números también poseen alma. Y ni digamos si estos tienen que ver con el fútbol. Así sucede con el 1-1. Aparentemente, dos fríos dígitos, que a la hora de la verdad pueden motivar u onnubilar.

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El pasado lunes, un 1-1 del Espanyol ante el Elche provocaba los silbidos de Cornellà y sacaba la rabia de unos jugadores que tres días más tarde goleaban al Villarreal (0-3). Ese mismo jueves, pero en La Catedral, el Athletic festejaba idéntico marcador, 1-1, como si de una victoria se tratase, merced a un gol de Aduriz (en fuera de juego) en el minuto 89 del choque ante el Valencia. Y, cómo no, también 1-1 acabaron Athletic y Espanyol en San Mamés, en la ida de semifinales de la Copa, y a la vista está que el resultado espoleó más a los leones que a los pericos para una vuelta, con un contundente 0-2 en el Power8 Stadium, que se reedita hoy.

No ocultan los pericos sus ánimos de revancha tras quedar a las puertas de una final de Copa que se presumía única para algunos de sus jugadores. Tampoco esconde el Athletic que la tarea se presume algo más complicada aún que en aquella eliminatoria, pues no cuentan esta tarde ni con el lesionado Muniain ni con el autor de los goles que abrieron el marcador tanto en San Mamés como en Cornellà: Aduriz. El donostiarra, que cumplirá sanción, ha anotado 12 de los 28 goles de los leones en esta Liga y su teórico sustituto hoy, Guillermo, aún no se ha estrenado. A Aduriz le sigue San José, con cuatro dianas.

Al Espanyol, en cambio, no le faltan goleadores, sobre todo después de que Sergio García y Caicedo hayan despertado, pues desde aquel 0-2 del Athletic y hasta el lunes se habían pasado 425 minutos sin marcar. Lo han sabido paliar con una inmensa solidez defensiva: un tanto recibido en las últimas cuatro jornadas.

Europa. La palabra tabú del Espanyol es el objetivo abierto de los leones, situados a seis puntos de la séptima plaza tras el empate ayer del Málaga.

Con 38 el Espanyol y 40 el Athletic, una victoria perica le arrebataría la octava posición a los leones y cambiaría el perseguidor de esa meta. Un 1-1, en este caso, no serviría a nadie.