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MÁLAGA 2 - ATLÉTICO 2

Málaga - Atlético (2-2): Griezmann salva los muebles

Un doblete del francés da un punto a un Atlético muy irregular. Por el Málaga marcaron Torres en propia puerta y Samuel. El polémico 2-2 fue legal.

Málaga - Atlético (2-2): Griezmann salva los muebles
Jorge GuerreroAFP
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Contra todos los problemas, Antoine Griezmann. Dos goles más del francés, 18 ya en Liga, salvaron un puntito para el Atleti que le asegura seguir tercero. En un partido inconexo y entretenido como una serie de las que resuelven un misterio por capítulo, diez minutos para ti, diez para mí, diez para nadie, el Málaga acabó tremendamente enfadado con Mateu y su asistente por conceder el 2-2. Un gran gol de Griezmann que parecía fuera de juego y descubrimos que no lo era cuando dejamos de mirar al área y nos fijamos en que Samuel lo rompía en la banda izquierda. Gallifante de oro para el juez de línea y sensación agridulce para el resto. Para el Málaga porque se vio ganador y se ahogó en la orilla, para el Atleti porque gastó más de lo deseado con el Madrid a la vuelta de la esquina. Estupendo partido, escasas recompensas.

Durante 25 minutos, el Atleti soñó con repetir lo logrado ante Córdoba y Real Sociedad: solventar el asunto pronto y echarse a dormir. Con Tiago liderando una presión constante y efectiva, el Málaga no lograba salir de su campo y se hubiera llevado un mayor castigo de estar un poco inspirado Torres. Ni siquiera era necesaria una inspiración descomunal, nivel Picasso creando el Guernica; no, habría bastado la de Mariscal diseñando a Cobi. Pero el Niño tenía el día torcido. A los 5 minutos falló un control sencillo cuando tenía entregado a Kameni y a los 11’ colocó mal el cuerpo en una volea aparentemente sencilla y mandó el balón a las proverbiales nubes.

Como veía que al Atleti le costaba remachar, Kameni decidió colaborar a los 25 minutos. Simeone y el Mono, que dejan al Q de James Bond en un simple principiante a la hora de diseñar armas, volvieron a desenfundar su último invento: el saque de banda de Jesús Gámez. El lateral apuntó al área pequeña y el portero subestimó la fuerza de su excompañero, acudiendo a buscar la pelota un metro por delante de donde iba. Cuando quiso corregir, el balón le sobrepasó cómicamente y Griezmann, sin piedad, lo empujó a la red.

El golpe espabiló al Málaga, sobre todo a Amrabat, futbolista que oscila sin punto medio entre la invisibilidad y la omnipresencia. Junto a él, Samuel y Juanmi completaron unos estupendos tres mosqueteros en un día gris de D’Artagnan: Samu Castillejo. El empate llegó antes del descanso en un córner de Recio que metió en su portería Torres para completar su día horrible. La racha de 404 minutos imbatido de Oblak moría por fuego amigo.

En el descanso alguien le comentó a Arda que estaban jugando un partido y el turco, desaparecido hasta entonces, decidió hacer unos trucos para deleite de la afición no malacitana. El cuarto de hora inicial fue un monólogo atlético en el que Torres rozó el perdón en dos ocasiones, pero el que lo logró (en parte) fue Kameni con una gran parada. Koke perdonó luego al camerunés al cabecear con temor una cesión del Niño. Ahí acabó otro capítulo.

El partido se convirtió en un correcalles y Simeone metió a Saúl por Torres para intentar bajar el volumen de la música. No lo logró porque de inmediato (71’) marcó el Málaga, cuando un rechace desafortunado de Gabi dejó a Samuel solo ante Oblak. La definición fue de crack. Y en un nuevo cambio de rumbo, cuando el Atleti parecía ahogarse le sacaron del agua Saúl y Raúl Jiménez. El primero es un fenómeno y el segundo, útil. Ellos dos y Gámez (estupendo de nuevo) fabricaron el empate de Griezmann, que lo dejó todo como al principio, pero sudados. Ahora, a descansar y al lío.