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Real Madrid - Eibar | La intrahistoria

Ancelotti le insta a exprimir los minutos... como hizo él en 1992

Esa es la filosofía que intenta inculcar a titulares y suplentes: que saquen provecho del tiempo que jueguen. Como él hizo en sus últimos 24 minutos en San Siro.

Ancelotti, en su último partido disputado en San Siro.
Ancelotti, en su último partido disputado en San Siro.

Ancelotti sabe mejor que nadie cómo se siente Jesé o cualquier otro suplente que le rodea en el banquillo madridista: él mismo lo sufrió en su último partido como local del Milán. Ese domingo, 17 de mayo de 1992, el italiano se despedía de San Siro ante el Verona (4-0). Se jugaba la penúltima jornada de liga, última en casa, y era su adiós definitivo ante su afición. Pero Capello, su técnico, le dejó en el banquillo. Comenzó el encuentro, y según transcurría el tiempo, Ancelotti contenía su ira por no poder despedirse como había imaginado. Los tifosi empezaron a corear su nombre... Y Capello dio su brazo a torcer: en el minuto 66 le mandó salir por Gullit. Carletto tardó diez minutos en entrar en juego: en el 76’, empalmó un derechazo desde fuera del área que significó el tercer gol rossonero. Apenas un minuto después, presionando a un rival, le arrebató el balón y batió por bajo a Gregori: su último doblete. Una despedida por todo lo alto...

Esa es la filosofía que intenta inculcar a titulares y suplentes: que saquen provecho del tiempo que jueguen. Como él hizo en sus últimos 24 minutos en San Siro.