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Real Madrid - Eibar

La cuna de la ‘Jamesmanía’, en Ibagué, celebra su regreso

Su primer entrenador: “Todo lo que toca lo vuelve oro”. En Ibagué, donde todo inició, 280 niños de bajos recursos reciben educación integral por cortesía del 10 del Madrid.

AGRADECIMIENTOS. La ciudad de Ibagué, capital del departamento de Tolima, agradece con carteles la solidaridad de James.
AGRADECIMIENTOS. La ciudad de Ibagué, capital del departamento de Tolima, agradece con carteles la solidaridad de James. AFP
AStv

Primero fueron los aplausos en el Polideportivo 14 de Octubre, después las ovaciones en el Santiago Bernabéu. James estuvo dos meses lesionado y regresó con la confianza recargada. El temperamento que forjó hace 12 años en la cancha del barrio Jordán de Ibagué (en Tolima, Colombia) hoy lo hace indiscutible en la plantilla de Ancelotti.

Jamesmanía a otro nivel después de sus exhibiciones ante el Rayo y el Granada. La ciudad que vio nacer como futbolista al goleador del Mundial ahora es una colonia del fanatismo por el Madrid. La previa de cada partido del equipo blanco es punto de encuentro de familiares y amigos unidos por la camiseta blanca. Las calles quedan vacías. Todo se detiene a la espera de jugadas que llenen de magia la pantalla del televisor y revivan los recuerdos de un niño que prometió llegar lejos. Honró su palabra.

Academia. Antes de Carletto, estuvo Yul Calderón, el técnico que lo recibió en la Academia Tolimense cuando tenía 6 años. Talento, técnica y liderazgo desbordantes lo hicieron capitán del equipo que conquistó el título del Pony Fútbol, el campeonato infantil más importante de Colombia. Lo definió con un gol olímpico en la final y avisó: era un niño con destino de crack.

“Todo lo que toca lo vuelve oro”, dice Calderón. Pero además inspira. La Fundación Colombia Somos Todos materializa el poder del ídolo fuera de los estadios. En Ibagué, donde todo inició, 280 niños de bajos recursos reciben educación integral por cortesía del 10 del Madrid. “No formamos futbolistas sino seres humanos con valores”, asegura Pilar Rubio, madre de James y líder de la iniciativa. “No es una escuela de fútbol, es un lugar en el que se cultivan sueños. Hay niños que quieren chefs, policías, bomberos…”, agrega. Los valores permanecen. “Si iba ganando 5-0 corría el doble”, recuerda Yul en la misma oficina en la que recibió al proyecto de crack 17 años atrás. Ahora el 10 lo ratifica entre los grandes de Europa. Todo ídolo se debe a sus orígenes, James lo tiene muy claro: en el barrio Jordán de Ibagué.