Expediente Mario Mandzukic

El Atleti, en línea ascendente y recuperado el tercer puesto, recibe a la Real Sociedad (sigue el partido en AS.com) con la merecida sonrisa algo apagada por el confuso Expediente Mandzukic. El croata no remata a puerta en juego desde el 15 de febrero. Después, cinco partidos en los que sólo un penalti rompió la sequía. Se le vio apático sobre el césped en varias acciones y surgieron inevitables preguntas: ¿Le afectó la competencia de Torres (2,1 remates por partido sin el Niño y 0,9 desde su llegada? ¿Los rumores sobre su salida? Simeone las quiso responder ayer explicando que su pichichi (20 goles) lleva jugando diez partidos lesionado (tenosinovitis del tendón peroneo lateral largo de su tobillo derecho, según el parte médico) y el domingo le pidió parar. Empezará hoy, con Torres formando pareja de ataque con Griezmann.

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Como siempre en las tramas complejas, las respuestas generan nuevas cuestiones. Sobre todo si, como dijo el Cholo, el técnico no sabía hasta el domingo que su delantero centro estaba jugando al 70%. Parece un detalle importante... Veremos qué pasa con Mandzukic en verano pero, hasta entonces, Simeone sabe que es indispensable para el tramo decisivo y su encendida defensa pública así lo demuestra. Ahora le toca mover ficha al croata.

Mientras se recupera, el Atleti no puede permitirse parar a esperar a nadie. Valencia y Sevilla han encarecido la Champions y la Real ya le dio un disgusto en Anoeta (2-1). Arda regresa al once y la sanción de Juanfran ofrece una oportunidad de redención a Siqueira: Gámez vuelve a su puesto natural y el brasileño entra en la izquierda. Como Moyá sigue de baja, Oblak tendrá 90 minutos más para seguir decorando a su gusto la portería, su nueva casa. La vuelta de Miranda y el magnífico rendimiento de Giménez permiten al Cholo dar descanso al sobrecargado Godín.

Griezmann. Sin florituras, Moyes ha reactivado a una Real que luce menos, pero soluciona más. En el Calderón y entre semana, podría recurrir a su versión más industrial, sin Granero ni Canales. Como Vela no logra recuperar el tono tras su lesión, gran parte de las esperanzas txuri-urdin residen en su hombre más decisivo en el reciente despertar: Rulli, portero-joya de 22 años. Enfrente, Griezmann, sangre realista desde los 13 años convertida ahora en temible amenaza. Y, por lo que parece y por lo que se vio en Córdoba, el francés está sano. Exuberantemente sano.