Patricia González
“En España no existe salida para las mujeres en el fútbol”
Tras dejar de jugar al fútbol con 21 años por una lesión de espalda, se formó como entrenadora. En España no podía vivir del fútbol. Es seleccionadora de Azerbaiyán.
Han pasado poco más de dos años desde que, con solo 25 años, se fue a Azerbaiyán para ser su seleccionadora. ¿Cuál es su balance?
—El primer año fue complicado porque es muy difícil adaptarte. No hubiera tenido ningún sentido rechazar una oportunidad profesional que en España no hubiera tenido.
—¿En España le resultó imposible dedicarse al fútbol?
—Antes tenía un montón de trabajos diferentes y al final del día me iba al fútbol. En España no hay salida para una mujer que se quiera dedicar al fútbol. Ahora es mi profesión.
—Habla de adaptación. ¿Qué fue lo más duro?
—Lo que más me costó fue el choque cultural, aunque, pese a ser un país musulmán, no es tan cerrado y las mujeres no van con velo. Lo más duro fue adaptarme a cómo entienden el fútbol y a la vida de allí. Al principio me pasaba hora y media intentando identificar el detergente y el champú (el idioma oficial es el azerí). Y cada vez que vuelvo de España regreso con maletas de 20 kilos de comida, sobre todo embutido, que allí no hay.
—¿Qué se encontró al llegar a Azerbaiyán?
—Me encontré con unas jugadoras que técnicamente estaban muy desarrolladas para su carencia táctica, pero con una federación volcada en todo: presupuesto, proyectos y promoción. Un fútbol femenino muy reciente, de 2010 (en la actualidad hay 1.000 licencias), pero con una gran voluntad de crear una estructura sólida. Allí me siento muy protegida por la Federación y el secretario general dice que la directora del fútbol femenino en Azerbaiyán siempre va a ser una mujer.
—¿Cómo es una jugadora de Azerbaiyán?
—Es un una chica de 16 o 17 años, que se dedica solo al fútbol y no trabaja, ya que con las dietas y los proyectos de la Federación pueden vivir del fútbol. Una de las dificultades con la que me encontré es que, por la cultura musulmana, se casan muy pronto y su carrera se acaba a los 21 o 22 años. El idioma es otra dificultad.
—¿Cómo se comunican?
—No hablan inglés, por lo que dependo de un traductor para todo y hay que recurrir mucho a los vídeos. Ahora tengo al que fue traductor de Pantic y se nota que es una persona del fútbol.
—¿Se ve algún día como seleccionadora de la española?
—Sueño con esa posibilidad. Me gustaría ser seleccionadora, dirigir el fútbol femenino de mi país o poder dedicarme al fútbol femenino en España y vivir de ello.