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Bartomeu se ve perseguido ahora por una filtración judicial

Bartomeu se equivocó al mencionar en su declaración ante el juez el estado de salud de Tito Vilanova, pero eso no supone que utilizara al difunto entrenador como pantalla.

Josep Maria Bartomeu vivió ayer una mañana convulsa tras la filtración de sus palabras a la Audiencia Nacional.
Josep Maria Bartomeu vivió ayer una mañana convulsa tras la filtración de sus palabras a la Audiencia Nacional. Carlos Mira
CADENA SER

Josep Maria Bartomeu se vio ayer a los pies de los caballos de las Redes Sociales y medios de comunicación a partir de la filtración de tres respuestas suyas al juez Ruz, al fiscal Perals y al abogado del Estado Edmundo Bal, respectivamente, durante su declaración el pasado 13 de febrero en la Audiencia Nacional. En esas respuestas, Bartomeu relataba cronológicamente el procedimiento que llevó al club para adelantar en un año el fichaje de Neymar, hecho que comportaba una penalización de 40 millones de euros a pagar a la empresa N&N, propiedad del padre del jugador.

Bartomeu, en respuesta a la polvareda generada calificó estas interpretaciones como “mal intencionadas, Tito no es responsable de nada. Nos pidió el fichaje y acertó. No me gusta que se juegue con el nombre de Vilanova”, dijo muy enfadado.

En esa declaración, que duró tres horas, Bartomeu respondió a Ruz que “hablamos con nuestro entrenador, que en aquel momento era Tito Vilanova y nos pidió al presidente y a mí que si podíamos adelantar la llegada del jugador un año al club, que al equipo le hacia falta un jugador como Neymar. Y quería adelantarlo al 2013 en vez de traerlo en verano del 2014 como estaba previsto (...) la intención de nuestro entrenador era esa e intentamos atenderla. Sandro (Rosell) que tenía buena relación con el padre, habló con él y en junio vimos que habían llegado a un acuerdo para traerlo a Barcelona un año antes de lo previsto”.

Hasta aquí, nada nuevo, pues el propio Tito Vilanova reconoció a inicio de la campaña que el jugador había llegado a petición suya y quiso “agradecer a la junta el esfuerzo de haberlo traído este año”.

La novedad que aporta la declaración de Bartomeu es, en todo caso, el desprecio a Villa (“necesito un jugador de referencia que desborde porque Villa no vale”, explica Bartomeu que les dijo Vilanova) y la poca delicadeza de, en un intento de conmover al juez, sacar a colación que esta conversación tuvo lugar mientras Vilanova estaba recibiendo tratamiento en Nueva York, hecho que nada aporta al caso.

El Barcelona reiteró el punto de vista del presidente en un comunicado público en el que solicitaba rectificación a los medios que han tergiversado las palabras del presidente a los que reitera la acusación de malintencionado.

Los contratos. Puede que Bartomeu haya sido víctima de la descontextualización utilizando la figura del difunto Vilanova, pero eso de ninguna manera justifica el caótico contrato para contratar a Neymar que ha llevado al actual presidente, a su antecesor y a la entidad a las puertas del juicio oral de carácter penal. La ingeniería financiera sigue siendo un puzzle de difícil solución.