Barral hunde al Granada y lleva la locura a Orriols en el 93'

A sufrir se ha dicho. Granada y Levante saben lo que toca. Orriols sonrió cuando peor pintaba el panorama. Imagen contraria a la desolación de los nazarís cuando se veían llevándose el premio gordo de la victoria, resistiendo titánicos con nueve en el campo. Pero el fútbol tiene eso, para lo bueno y para lo malo. Y todo cambia en décimas de segundo.

Cómo cambió el guión antes del cuarto de hora cuando El Arabi transformó un penalti por una mano inocente de Camarasa. Y eso que el marroquí pudo haberlo hecho mucho antes, en el primer minuto, cuando remató sólo ante Mariño. Prueba de que el Levante había salido con la empanada. Lo cierto es que con el 0-1 a los granotas les tocaba tener el balón. Algo que no saben. O, cuanto menos, que les cuesta horrores. Circulación muy lenta, cero ideas y sin conexión con los de arriba. Así el Granada estaba la mar de cómodo viéndolas venir y esperando una contra. Y Oier casi de espectador con sólo una mansa intervención a tiro de Camarasa.

El Ciutat se veía camino de Segunda. Tocaba arreón. Colunga dejaba a los suyos con 10 y luego El Arabi, con nueve sobre el terreno de juego. Aunque Ramis también se iba a la calle. Pero Oier seguía sin aparecer en escena. Hasta que lo hizo para regalar el empate a Camarasa en una mala salida. Quedaba el descuento y Orriols se lo creyó hasta el punto de que en la última jugada Uche se inventó un pase para dejar solo a Barral y que éste desatara la locura y sumara para los granotas tres puntos fundamentales.