ALEVINES
420€ por insultar, amenazar y pegar al árbitro de su hijo
La multa ha sido impuesta por la Audiencia Provincial a un hombre por unos hechos sucedidos en 2013 durante un encuentro de dos equipos alevines.
La Audiencia Provincial ha confirmado la multa de 420 euros impuesta por un juzgado de Santander a un padre que insultó, amenazó y propinó una patada al árbitro que estaba dirigiendo el partido de fútbol que disputaba su hijo de 10 años.
Según se explica en la sentencia, recogida por Europa Press, los hechos ocurrieron en noviembre de 2013 durante un encuentro de dos equipos alevines.
Mientras se disputaba el partido, el padre de uno de los menores comenzó a increpar al árbitro con frases como "hijo de puta, te vamos a matar".
Cuando llegó el descanso, este padre siguió al colegiado y cuando vio que este iba a llamar a la Guardia Civil le dio una patada en el tobillo de la que, según la sentencia, no le quedaron lesiones.
Por estos hechos, el Juzgado de Instrucción Número Uno de Santander le impuso 180 euros de multa por una falta de maltrata por obra; 120 por una de amenazas y otro tanto por una de injurias, pena que ahora ha confirmado la Audiencia tras ser desestimado el recurso presentado por el padre condenado.
En el recurso, el acusado alegaba error en la valoración de la prueba por parte del juez de instancia y, aunque reconoce haber chillado al árbitro, negó haberle insultado y amenazado. Además, alegaba también falta de proporcionalidad en la imposición de la pena y falta de motivación.
Respecto a este planteamiento del recurrente, en la sentencia de la Audiencia Provincial sí se considera "censurable" que el juez de instancia no razone el porqué de dichas penas, pero sin embargo señala que éstas "no se encuentran erróneas".
La Sección Primera de la Audiencia resalta en la sentencia que se trata de un adulto, padre de familia que acude a ver un partido de su hijo de 10 años y que, en lugar de "fomentar la deportividad entre unos niños que lo único que quieren es jugar al fútbol, reacciona violentamente" contra el árbitro al estar en desacuerdo por una falta que pitó. "La gravedad de la conducta del recurrente justifican las penas impuestas", zanja.