Djukic, ante ‘su’ Valencia y con la importante baja de Fede Cartabia

Nos enfrentamos a uno de los equipos que siempre llevaré en el corazón. Pero ahora defiendo los colores verdiblancos (sic)”, escribió Djukic en su Twitter ayer, tras 20 días lejos, quizá por los malos resultados, de la red social del Pajarito. Aterriza en El Arcángel (síguelo en directo en as.com) su Valencia, club con el que ha mantenido una relación de odio-amor-odio desde que, aún en el Depor, desperdiciase un penalti y una Liga contra González. Luego el serbio ganaría títulos en Mestalla... y de allí saldría tarifando el año pasado, tras seis meses infernales como entrenador.

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Ganar a los ché serviría de exorcismo, algo así como gritar que con él se equivocaron. Al menos un poco. Y también, sobre todo, para decirle a la que es ahora su gente, la blanquiverde, que hay posibilidades de salvarse. Sólo una vez ha sumado de tres el Córdoba como local, contra el Granada, y si no se amarra en casa la permanencia va a resultar misión imposible. Tras caer en Sevilla casi sin plantear oposición, Djukic le dará una vuelta a su once, en parte obligado por un baja sensible: el fantasista Fede Cartabia, cedido precisamente por el Valencia, tiene una cláusula del miedo.

Llega un león fiero. 47 puntos parecen muchos. Bien plantado, fuerte y con calidad, el equipo de Nuno recupera a André Gomes, llamado a romper líneas y paliar esas dificultades que tiene el Valencia para crear juego y ocasiones. Al Getafe debió ganarle de penalti. Y fuera de casa ese tono grisáceo se acentúa. Con el Sevilla a dos puntos, el Valencia intenta ponerse exigente: el Atlético, al que se enfrenta en dos semanas, apenas le lleva ya un partido de ventaja.

Marcha desde Las Tendillas

Los aficionados del Córdoba han sido convocados a las 15:45 en la plaza de Las Tendillas. Desde allí irán en marcha Blanquiverde a pie hasta al estadio. No es la primera vez que el cordobesismo hace esto. La campaña pasada lo repitió cuando había que empujar para subir a Primera. Ahora lo harán para intentar que la permanencia sea una realidad.