“Soy un Pablo Iglesias en el fútbol y quiero acabar con la dictadura de Villar”

Queda un año para las elecciones a la FEF a las que quiere presentarse. ¿Le llamo precandidato o atrevido?

—No soy candidato porque no se han convocado todavía, pero me autoproclamo como único opositor por ahora de Villar.

—¿Qué le trae hasta aquí?

—Muchos me conocerán por la denuncia a Zidane. Otros por el mundo de los entrenadores. Y la mayoría, de nada. A todos les digo que llevo muchos años luchando por los derechos de los entrenadores y tengo un claro perfil sindicalista. He ido adquiriendo una conciencia más amplia hasta el punto de creer que hay que cambiar esto ya. Me habían animado a presentarme a la Madrileña pero el problema gordo está más arriba. Es ahí donde hay que luchar para cambiar.

—¿Lo ve posible? Villar lleva 26 años en el poder.

—Sí. La gota que colmó el vaso y me empujó a esto fue su postura contra la violencia. No apareció. Me indigné. No puede dar esa imagen. La mentalidad ha cambiado y la gente se ha hartado.

—¿Qué decidió hacer ese día?

—Buscar como coordinador a un excolegiado profesional como Iñaki Fernández Hinojosa, que ya peleó en la candidatura de Gerardo González. Montamos una plataforma (“Un tiempo nuevo”) y desde ese día no hemos parado. Si se ha renovado la Corona y el bipartidismo, ahora toca la FEF. Tengo mucho apoyo en las redes sociales.

—Pero ellas no votarán.

—Pero son una buena encuesta. Si la calle pudiera votar, mañana sería presidente. Estas elecciones son antidemocráticas por ley y con ello hay que vivir. Cardenal debe modificarla y poner un mandato de ocho años como máximo. Hay que matar dos pájaros de un tiro.

—Le veo con ilusión y enfado.

—Claro. Villar maneja a la mayoría de presidentes de las Territoriales y ésa es su fuerza. Pero ojo: 107 de los 180 votos proceden del fútbol modesto y eso lo controlo yo. Aquí no sólo votan Madrid y Barça... Hay que luchar cada Territorial. Voto por voto.

—Pues ahí lo tiene difícil.

—Puede, porque casi todos los presidentes de Territoriales tienen el mismo perfil: décadas en el poder y más de 65 años. Palmeros mayores de Villar. Da igual que mate a alguien. Estarán con él. Sin embargo, muchos clubes modestos profesionales ya me han dado su apoyo en privado. Y varias Territoriales han cambiado y me apoyarán.

—¿Quiénes son?

—Prefiero no decirlo todavía.

—¿Por qué?

—No es un farol, pero los expertos dicen que si los digo ya tendrán llamadas intimidatorias. Hace diez días comí con dos presidentes de equipos profesionales y me dieron su apoyo. Eso da mucha fuerza. Mucha.

—Al hablar del control de Villar lo dice con tono acusador.

—Es que Villar pasa factura a los que no están con él. Va a haber más que trabas. En las elecciones en las que se presentó Gerardo González hubo gente de esa candidatura a la que la FEF puso detectives privados.

—Vaya... Habla de Villar con mucha cercanía. ¿Le conoce?

—Nunca hablé con él. Nos hemos dado la mano en algún acto. Nada más. Somos enemigos íntimos sin conocernos.

—¿Teme represalias o zancadillas ahora de precandidato?

—No. Que levanten las alfombras de mi empresa que no hay ninguna suciedad. No hay nada que buscar. Y sé que lo harán.

—Habrá quien piense que está aquí por notoriedad o dinero.

—Lo entiendo. Ya me pasó cuando denuncié a Zidane. Pero tengo capacidad y solvencia por mi trabajo. Mis objetivos no son meter la mano en la caja... Ni estaré cobrando dietas de UEFA y FIFA. Trabajaré por los clubes. Y si no tengo que cobrar esos 156.000 euros de Villar, no los cobraré. Sé muchas cosas y me enfadan. No diré más por no meterme en un lío pero…

—Pero...

—Mire, me avalan diez años en el mundo del fútbol. No salgo de la nada. He logrado que mi empresa, CENAFE, quite el monopolio a la FEF sobre la formación de entrenadores. Si pude entonces contra su voluntad, puedo ahora. Y he ganado varios casos a UEFA, FIFA y al CSD.

—El de Zidane, no. ¿Teme que este caso le reste crédito?

—No me arrepiento de haberle denunciado. No lo hice contra él ni contra el Madrid. Lo hice a favor de los entrenadores del fútbol base. Admiro a Zidane como deportista y al Real Madrid como institución. Pero ni siquiera eso les exime de cumplir las normas que nos vinculan a todos. Si la norma está mal, que se quite. No hay problema. Es más, el Madrid va a estar con nosotros y esto no le influirá.

—¿Está seguro?

—Tengo amigos en el Madrid y en la cantera. Muchos han hecho o están haciendo el curso de entrenador en mi empresa. Uno del Castilla, tres del juvenil… Tengo que hablar con Florentino para limar asperezas, pero si hubiera problemas, a estos jugadores ya les hubieran prohibido sacarse el título conmigo. El Madrid me votará: quiere el cambio. Lo sé por conversaciones. El madridismo piensa igual. Y si no consigo su voto, hay 179 votos más.

—¿Cuál es el plan para ganar?

—Seguir desenmascarando a Villar como ya lo está haciendo el Gobierno. Y hay plan B: el Gobierno está preparando una ley anti-Villar. Es casi real. Quiere hacer como con Porta para que no se presente. Pero habría que hacer otras cosas. Y con urgencia.

—¿Qué?

—Limitar los mandatos de presidente a ocho años y que los asambleístas se elijan de otra forma más democrática. Que cada uno pueda elegir a una lista sin condicionantes. Lo de los ocho años lo cambiaré cuando sea presidente. No dependo de nadie. Y si la Asamblea no lo aprueba, yo mismo, ante notario, firmaré que no estaré más tiempo. Es clave esa transparencia. Y cambiar los estatutos.

—Necesita 92 votos de 180. ¿Ve factible lograrlo?

—Claro. Si no, no estaría aquí. Sólo necesito un requisito para poder presentarme: el 15% de los avales. Y ya los tengo.

—Siempre hace falta un as en la manga. ¿Tiene alguno?

—Evidentemente. Y será un bombazo. Es pronto y hay que ver si hay más candidatos… Me estoy reuniendo con las personas más influyentes de este país y con políticos. Ya nos hemos visto con Podemos y ahora, con el PP. Luego, los demás.

—Podemos... ¿Sus irrupciones son similares o paralelas?

—Salvando las distancias ideológicas hay un paralelismo entre Pablo Iglesias y yo. Los dos provenimos del pueblo, los dos llevamos años reivindicando cosas, a los dos no se nos ha tomado en serio y los dos vamos a ser punta de lanza en las elecciones. Yo soy o puedo ser un Pablo Iglesias del fútbol y acabar, como quiero, con la dictadura de Villar. Pero no me significo con ningún partido. Todos aportarán. Estamos ante un periodo tan crucial como la Transición. Hay que echar a Villar. Esto es una dictadura.

—En una dictadura hay muerte, miedo, terror… ¿No cree que está exagerando?

—Aquí hay más que miedo y terror. Villar ha socializado el miedo y extendido el terror a todos los presidentes de Primera y Segunda. Y a las Territoriales. ¿Por qué? Amenaza con llamaditas.

—Habla como de la mafia.

—Es que ya está bien. Se le tiene pánico. Y eso va a cambiar. Hasta el propio Cardenal ha dicho basta. El anterior Gobierno claudicó y éste ya le ha frenado. Si algo admiro de Cardenal, pese a que estoy en desacuerdo con algunos puntos, es que le ha plantado cara.

—¿Cómo acabará esta guerra entre la FEF y el CSD?

—Mal. Villar utiliza a las Territoriales de escudo y les manda a la huelga. Y se equivocan. En varias reivindicaciones les apoyo. Pero el 1% de las quinielas se negó a recibirlo Villar. Como la subvención del Gobierno durante tres años seguidos para que no le auditaran. Yo, cuando llegue a la FEF, las reclamaré con carácter retroactivo. Y le mando un mensaje al Gobierno…

—Diga, diga.

—No se puede estar todo el día lanzando comunicados. Aquí se está acusando a una institución porque hay indicios de algo. Si hay irregularidades y subvenciones no justificadas, hay que abrir un expediente disciplinario a Villar. Pero ya.

—¿Piensa denunciarlo usted?

—Hay un cierre legal jurídico. Prescribió. Ya pregunté. Se pudo ganar con la querella de Tebas, pero la retiró por un pacto con el G-30 para presidir la LFP. Ésa fue la oportunidad. Villar se lo pidió al G-30.

—¿Se ha visto ya con Tebas y Cardenal para hablar de esto?

—Con Tebas sí, pero no en una reunión formal. Y a Cardenal ya le he pedido una. Estoy con ellos, pero pierden la credibilidad que ganaron en la lucha contra la violencia. Me imagino a los ultras diciendo: ‘¿estos son los que nos piden civismo en las gradas?’. Un gobierno no contesta. Aplica la ley y punto.

—También necesita propuestas para ganar. ¿Las tiene?

—Ya, ya. (Enseña dos folios).

—Resuma los puntos estrella.

—Uno: reparto equitativo de los derechos televisivos y el 2% para la FEF. Dos, repito: limitar el mandato a ocho años con el cambio de estatutos. Tres: las competiciones de 2ªB y Tercera se van a patrocinar...

—¿Cómo? ¿Las tiene ya?

—Sí. Sería por concurso. Dos o tres ya me han asegurado que pondrían cada una 300.000 euros para 2ªB y 200.000 para Tercera. Todo esto ya lo he conseguido casi sin hacer nada. Cuando nos pongamos, ya verá. Pero voy más lejos.

—¿Adónde?

—Si me dice la FEF que el grupo VII de Tercera lleva el nombre de mi empresa ingreso ya en la cuenta que digan 300.000 euros. Fíjese si interesa.

—Más propuestas

—Una Liga de filiales. El partido único hasta semifinales en Copa y el 45% de la taquilla para cada club. Y sacar del ostracismo al fútbol sala y al fútbol femenino.

—¿Cuándo tendrá programa?

—En un mes o así. No quiero prisas para no quemarme.

—Volviendo al símil político. ¿Lo cambiará luego?

—Ahí no voy a ser como Podemos. No digo quiero hacer algo. Digo cómo hacerlo.

—Para hacer una campaña hace falta mucho dinero…

—Ahora me la está haciendo Villar con sus meteduras de pata (risas). Lo sufragaré de mi bolsillo y con patrocinadores porque luego hay que proponer y no sólo criticar. Me harán falta entre 200.000 y 300.000 euros.

—¿Qué le dice la familia?

—Vivo solo, soy soltero y mi familia está cubierta. Tengo posibilidades. Mi empresa va bien.

—¿Espera más candidatos?

—Sí. El Gobierno o la LFP pueden tener otra alternativa de su gusto. Pero todos van a tener que hablar conmigo.

—¿Y eso?

—Porque no se puede ir a vencer a Villar dividido.

—¿Pactaría?

—Si quieren pactar me tendrán que enseñar sus propuestas y veré. Pero soy libre y no pienso en eso. Voy por mi cuenta.

—¿Se podría unir a otra candidatura y no ser el líder?

—De momento no. Los nombres no me sorprenden. Para solucionar el fútbol hay que saber qué pasa abajo. Presumimos de la mejor liga del mundo y la base es tercermundista.

—¿Qué ha hecho Villar bien?

—Muy pocas cosas. Los primeros diez años, que la FEF estaba como el país, modernizándose, fueron buenos. Sus aciertos, Aragonés y Del Bosque. Pero luego entró en un estado de egocentrismo y dejadez. Es presidente de la FEF en sus ratos libres. Y que deje de pasearse por España con la Copa del Mundo como un forofo para hacer campaña. Si entro en la FEF los Padrón y compañía irán fuera. Hay que hacer muchas cosas si las elecciones son antes de la Eurocopa 2016 como queremos.

—¿Quién sería su técnico?

—Yo soy técnico y sé cómo valorarlos. También escucho. Está Del Bosque pero si se va, están Marcelino, Caparrós, Emery…

—Queda un año para ver si es presidente o no. ¿Aguantará?

—Estoy subidito. Y con apoyo. Por eso reto a Villar a un debate público. Está nervioso conmigo. Le pasa cuando hay oposición. Pero esto ha cambiado. Basta de derrotismo y resignación. Estamos en un tiempo nuevo.